La suerte del directo - Alfa y Omega

La suerte del directo

Javier Alonso Sandoica

Estaba en la sala de prensa, y no daba crédito a mis oídos cuando escuché la conversación telefónica entre un compañero de una televisión privada y alguien de su equipo: «Pues escribe eso, que el Papa habla de lo de siempre, de la necesidad de los derechos de la familia tradicional y su crítica furibunda al Gobierno actual». Yo le miraba impávido, como si fuera testigo de un acontecimiento diferente. El Papa no habló en ninguna de sus intervenciones de la familia tradicional, porque a la familia no se le avienen adherencias espurias, y su mensaje no fue más que una exposición cristalina de la familia como un bien a custodiar por legisladores y gobernantes. Menos mal que la réplica a argumentos tan tendenciosos nos vino de la mano del directo, que lo aclara todo. Seis satélites enviaron la señal de televisión a los cinco continentes. En España, los galones los pinchamos en las solapas de Popular TV, siempre atenta a aquellos eventos donde el hombre se la juega, de Canal 9 y de LP Te Va (la televisión de Las Provincias), con una cobertura y un desplazamiento de profesionales absolutamente impagable. La sorpresa fue TVE, que dedicó tres horas y media de su programación del sábado, más otras tres el domingo, y dos horas de emisión de un programa resumen en La 2. Las privadas también se volcaron, pero es que no podía ser de otra manera, porque si no se estaba en el meollo no se estaba en la realidad. Por eso, Telecinco y Antena 3 emitieron sus respectivos servicios informativos desde Valencia.

Las emisoras de radio modificaron también su programación habitual de fin de semana para informar sobre la Visita pastoral del Santo Padre. Hemos escuchado comentarios de miembros del partido en el Gobierno a propósito de la supuesta tendenciosidad de los profesionales de Telemadrid y Canal 9. El Secretario de Comunicación del PSOE de Madrid, Miguel Ángel Sacaluga, censuró el sectarismo de los responsables de ambas cadenas, al considerar que se utilizó el acto como un elemento de propaganda del PP. Nada más ajeno a lo que vimos. Hablar de la familia como patrimonio de la Humanidad, de la necesidad de los padres en educar en libertad y responsabilidad a su hijos, y que la tradición familiar tiene unas raíces que llegan hasta el mismo Dios, no son una apuesta de facción política, sino un reto verdaderamente humano. De hecho, me consta que muchos espectadores que asistieron al evento, desde Canal 9 y Telemadrid, agradecieron, con sus llamadas, la objetividad del tratamiento de la información.