En el camino

La directora bosnia Jasmila Zbanic, después de su ópera prima, Grbavica, vuelve a los conflictos internos de Sarajevo. En esta ocasión, muestra la incompatibilidad entre una versión secularizada de la religión musulmana y el islamismo más radical. Amar y Luna son una pareja muy enamorada que habita en Sarajevo. Amar tiene graves problemas con el alcohol. Tienen dificultades para tener un hijo, y se están preparando para la inseminación artificial. Pero un día Amar se va a topar casualmente con un compañero de guerra que se ha pasado al wahhabismo radical.

La película hace un dibujo muy inquietante del fundamentalismo islámico, casi como una secta. De hecho, Amar sufre una especie de lavado de cerebro, deja la bebida, y cambia todas sus costumbres. Algunos cambios pueden parecer morales, otros son claramente deshumanizantes, pero Amar es incapaz de ofrecer a su novia razonamientos convincentes. Un esquema muy elemental de pecado-no pecado es su único criterio, sin atisbos de verdadera religiosidad. Por ello su nueva vida es de un formalismo claustrofóbico. Esta interesante crítica al fundamentalismo no se ve compensada en el film por la propuesta de una verdadera religiosidad. La familia de Luna representa un islamismo secularizado, contaminado del laicismo occidental. Este desequilibrio hace que se pueda interpretar como una crítica al hecho religioso universal, más que al radicalismo islamista. Ciertamente, hay un personaje desenfadado, amigo de las fiestas y del buen beber, que se declara cristiano; un personaje positivo. Así pues, estamos ante una película muy compleja, poliédrica en sus propuestas, pero de inclinaciones laicistas.

En el camino

Director:

Jasmila Zbanic

País:

Bosnia y Herzegovina

Año:

2010

Género:

Drama

Público:

+7 años