Amor que lleva a amar - Alfa y Omega

Amor que lleva a amar

La Eucaristía es «el memorial del amor de Dios hacia cada ser humano» y en ella «alimentamos nuestro amor a los hermanos»

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Foto: AFP Photo / Luis Acosta.

Este domingo, 14 de junio, en la solemnidad del Corpus Christi y Día de Caridad no se repetirán las multitudinarias celebraciones de otros años ni miles de fieles llenarán las calles para acompañar a Jesús Sacramentado debido a las restricciones sanitarias por el coronavirus. Pero «en medio de esta situación tan dolorosa que estamos atravesando», tal y como resaltan los obispos de la Subcomisión de Acción Caritativa y Social, resuena con fuerza la invitación del Señor a «que, unidos a Él nos convirtamos en testigos de la fe, forjadores de esperanza, promotores de fraternidad y constructores de solidaridad».

La Eucaristía –detallan los prelados en su mensaje– es «el memorial del amor de Dios hacia cada ser humano, que se manifiesta en la entrega de su Hijo Jesucristo». Al acudir a ella, siempre y de manera singular este domingo, «experimentamos el amor que Dios nos tiene como hijas e hijos suyos y alimentamos nuestro amor a los hermanos», en palabras del cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española.

Son muchos los creyentes que muestran cada día que esto cambia su forma de estar en el mundo y de acercarse a los demás, especialmente a los más vulnerables. De acuerdo con la Memoria de actividades de la Iglesia en España del año 2018, cuya actividad económica se declaró en 2019 y cuyo resultado de la asignación tributaria se conoció hace unas semanas, ese año más de cuatro millones de personas fueron atendidas en los 9.119 centros sociales y asistenciales católicos.

En este 2020 marcado por la pandemia del COVID-19 y por las profundas heridas sociales y económicas que deja, la cifra de personas que acuden a la Iglesia se podría triplicar hasta los 12 millones –como ya advierten distintas entidades que trabajan a pie de calle–. A pesar de la notable disminución de donativos por las limitaciones al culto y a pesar de las dificultades derivadas del confinamiento, la Iglesia y cada uno de los fieles que le dan rostro seguirán ahí, haciendo más con menos, pero siempre con la fuerza que procede de la Eucaristía. ¿No es momento de aunar esfuerzos?