El camino al Congreso de Laicos
Diócesis, movimientos y asociaciones laicales ultiman sus reflexiones y aportaciones que tendrán que enviar a la Conferencia Episcopal antes del 15 de noviembre. Con todas ellas se elaborará un instrumentum laboris, previsto para antes de Navidad
La Iglesia en España sigue preparando el Congreso de Laicos 2020 Pueblo de Dios en salida que se celebrará el próximo mes de febrero. Lo hace afrontando una nueva etapa: la recogida de las aportaciones de los grupos de trabajo que han organizado diócesis, movimientos y asociaciones. Un trabajo de síntesis que se está poniendo en común estas semanas en encuentros diocesanos y que será entregado a la Conferencia Episcopal Española, organizadora del congreso, antes del 15 de noviembre. Con todas las conclusiones, el equipo organizador elaborará un instrumentum laboris que se va a tener en cuenta durante el congreso y que se hará llegar a las diócesis antes de Navidad.
Un camino que, según Luis Manuel Romero, director de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, muestra que «el Congreso de Laicos no es solo un evento, sino un proceso sinodal en el que están trabajando activamente más de 60 diócesis». Así, en los últimos meses, los distintos grupos diocesanos han ido analizando la realidad de los laicos, sus luces y sombras; han puesto su diagnóstico a la luz del magisterio de la Iglesia y de la Palabra de Dios; y han trabajado en propuestas de futuro, nuevas estructuras…
El trabajo de reflexión se ha estructurado en torno a cuatro grandes temas, que serán centrales durante el congreso: el primer anuncio, el acompañamiento, los procesos formativos y el compromiso público. En cuanto a la metodología, se ha seguido la propuesta del Papa Francisco en los últimos sínodos, esto es, «reconocer, interpretar y elegir».
Encuentro nacional
Algunos de estos temas se abordaron el pasado fin de semana en Madrid en las Jornadas Nacionales de Apostolado Seglar donde, además, se trataron cuestiones «fundamentales en lo que se refiere al laicado», según Luis Manuel Romero. La primera va dirigida a los jóvenes y, por eso, se analizó durante el encuentro el antes, el durante y el después del Sínodo de los jóvenes celebrado justo hace un año. En este sentido, el director de Apostolado Seglar de la CEE llamó la atención sobre la necesidad de relevo generacional: «En nuestro laicado predominan las personas mayores».
También dedicaron un gran espacio de tiempo a reflexionar sobre el papel de la mujer, al lugar que debe ocupar y a las responsabilidades que debe asumir. Se realizó con una ponencia y con la presentación a cargo de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas.
Finalmente, se abordó la presencia de los laicos en la vida pública, una cuestión que no se limita exclusivamente a los partidos políticos y sindicatos, sino a estar en medio de la sociedad. «El papel de los laicos está en la Iglesia, pero de una forma fundamental en el corazón del mundo. Es ahí donde deben estar. Por eso, el congreso quiere acentuar que somos un Pueblo de Dios en salida, que necesitamos un laicado de acción, comprometido en la sociedad y en los ambientes donde la Iglesia tiene hoy menor repercusión e incidencia», señala Romero.
Inscripciones
Las 2.000 plazas disponibles para el congreso se han repartido ya a través de la diócesis, movimientos y asociaciones laicales. Casi la totalidad de diócesis ya ha confirmado la presencia de sus grupos, pues solo quedan 30 plazas por asignar definitivamente. «Queremos tener en cuenta a todas las realidades, de modo que todos los laicos se puedan sentir representados. Y, por eso, no solo hemos invitado a movimientos, asociaciones, sino también a nuevas realidades que van teniendo una presencia importante como Hakuna o los retiros de Emaús», explica Luis Manuel Romero.
En cualquier caso, insiste en que su idea es «priorizar lo parroquial y diocesano», de modo que las distintas asociaciones o grupos se integren en esas dimensiones para «crecer en comunión».