18 años menos un día: la condena de los menas
La edad media de emancipación en Europa son los 26 años, mientras que en España se sitúa en los 29. Sin embargo, los menores tutelados están obligados a hacer la maleta y abandonar sus centros el día anterior a cumplir 18 años. Se trata de un drama que tienen que atravesar muchos menores (menas o no) en España, que se ven obligados a adelantar su emancipación varios años antes que el resto de jóvenes de su edad.
Es el caso de Abderrazak. Hoy tiene 24 años pero vino a España con 15 para «ayudar a mi familia y buscar un futuro para salir adelante». Para ello tuvo que arriesgar su vida, metiéndose debajo de un camión para cruzar la frontera.
Aquí vio la situación «muy difícil, no la esperaba así». Sin embargo, cuando entró en el centro de menores «me ayudaron muchísimo» y su situación mejoró.
El problema llegó cuando cumplió 18 años: ya no podía estar en el centro y se presentaba ante él «otra vida más difícil todavía». En ese momento llegó la ayuda de la Fundación Amigó y de su proyecto Extutelados: «Tuve la suerte de que me llevaran a un piso y me ayudaron muchísimo. Me acompañaron con todo el tema de los papeles y pude hacer varios cursos, Me hicieron la vida más fácil». Ahora, Abderrazak trabaja en la misma fundación. «Tengo mucha suerte de poder trabajar con ellos. Lo que imaginaba en Marruecos ya lo tengo».
Pero el caso de Abderrazak es una excepción, pues cada año más de 4.000 niños en España se tienen que convertir en adultos de manera precipitada, y salir a la calle sin importar el estado en el que estén. Para paliar esta situación, la Fundación Amigó desarrolla desde hace varios años en Valencia, Alicante, Madrid y Cantabria su Proyecto de Acompañamiento a la Emancipación, con el objetivo de acompañar a jóvenes extutelados en su transición a la vida adulta. Se trata de varios pisos en los que los chicos están acompañados por profesionales que les guían en un itinerario de formación y de cualificación profesional, además de ofrecerles actividades deportivas y de ocio con el objetivo de facilitar su integración en la comunidad.
Junto a la Fundación Amigó, en España trabajan otras 62 entidades en beneficio de los menores extutelados. Para Pepa Arqué, presidenta de la Federación de Entidades con Proyectos y Pisos Asistidos (FEPA), «antes de salir al mercado de trabajo, estos jóvenes primero necesitan una estabilidad emocional y pasar por unos procesos formativos, para que adquieran las competencias necesarias», además de poder acceder a un permiso de trabajo que garantice su estabilidad laboral.