El coronavirus ha causado en la Amazonía 34.054 muertes. Además de una tasa de 101 por 100.000 habitantes (en España ha sido de 96,9 según las estadísticas oficiales), esta cifra recuerda «a la de indígenas fallecidos en el genocidio del Putumayo durante la fiebre del caucho, de 1879 a 1912», unos 40.000. Así se desprende del informe COVID-19 en la Amazonía, elaborado por la Red Eclesial Panamazónica y presentado este lunes con datos de las zonas amazónicas de nueve países.
En una región en la que en 2019 la salud era ya el cuarto problema que más preocupaba a la población, han contraído SARS-CoV-2 1,37 millones de personas en una población de 33,6 millones de habitantes, una tasa de 4.100 casos por 100.000 habitantes (en España, 3.536). La pandemia ha afectado además a 238 pueblos indígenas, que representan el 5,3 % de los contagios y el 6,3 % de los decesos.
Los autores del estudio matizan, con todo, que estos datos se basan en los obtenidos de las autoridades oficiales, que «no siempre responden a la realidad». En algunas zonas los datos han dejado de ofrecerse o se publican con menos frecuencia. «A eso se une la falta de pruebas que determinasen la causa de la muerte de muchas personas que se sospecha que fueron víctimas de la pandemia».
Amazonía boliviana, particularmente golpeada
Una región amazónica nacional particularmente afectada es la de Bolivia. En ese país, el 47,79 % de contagios y el 70,2 % de las muertes se produjeron entre pobladores amazónicos. Aunque esta región constituye el 65 % del territorio nacional, los autores recuerdan que en general estas zonas «tienen una densidad de población mucho menor», además de estar más aisladas y de carecer en muchos casos de servicios básicos como el saneamiento y la atención sanitaria.
En Perú, donde el Amazonas supone el 60,6 % del territorio, ha supuesto en cambio el 21,89 % de los contagios y el 8,7 % de las muertes. En Brasil, con un 56 % del territorio, ha concentrado el 18,53 % de los casos y el 14 % de las muertes.
Bolivia es también el país donde más mortal está resultando la enfermedad, con una tasa de letalidad (contagiados que fallecen) entre la población amazónica del 8,79 %. Este dato destaca muy por encima del resto de países, pues el segundo de la lista es Guyana, con una letalidad del 2,92 %. La de España, calculada a partir de las estadísticas oficiales, es del 2,74 %.
Cuarta causa de mortalidad
Por último, la Amazonía boliviana es la región donde más se extendió la enfermedad en el mes de octubre, con un factor de crecimiento del 1,25 %; si bien este dato es prácticamente idéntico al de Perú (1,24 %) y Guayana Francesa (1,23 %), y el más bajo, Guayan, es del 0,91 %, solo 0.34 puntos por debajo.
Mirando al total de la población de los países, el más golpeado por las muertes es Perú, donde la COVID-19 ha causado 107,41 muertes por cada 100.000 habitantes. Le siguen casi empatados Bolivia (76,6), Brasil (75,9) y Ecuador (73,9). En el conjunto de países amazónicos, la pandemia se ha convertido ya en la cuarta causa de muerte respecto a su tasa de mortalidad total, por detrás de las enfermedades no transmisibles (518,86), enfermedades cardiovasculares (214,39) e isquémicas del corazón (112,64); y por delante de los accidentes de circulación (22,61).
Como se recoge en las conclusiones del dossier, la pandemia ha venido a sumarse a «decenas de otras conflictividades sociales, políticas y medioambientales de gran relevancia en la región»; un complejo escenario que «continúa amenazando y aniquilando sistemáticamente a la población». Por ello, subrayan los autores, aunque «la atención humanitaria y las perspectivas a mediano plazo pueden ayudar a mitigar de alguna manera los efectos que sigue causando la pandemia», persiste sin embargo «la necesidad urgente de exigir y emprender acciones conjuntas a largo plazo que traten de manera integral todas las amenazas» presentes en el territorio.