100 años de la Legión de María: los que van al botellón a hablar con los jóvenes
El movimiento celebra su centenario uniendo oración y apostolado «para estar allí donde la Iglesia nos necesita»
Fue un 7 de septiembre de 1921, hace ahora 100 años, cuando un joven irlandés, Frank Duff, pensó: «Tenemos que hacer algo». Y de ahí nació la Legión de María, un movimiento apostólico que ha cambiado la vida a miles de personas en todo el mundo.
«Son las cosas de Dios», asegura Consolación Tello, presidenta de esta realidad en España. «Duff estaba inquieto por hacer algo por los demás, convencido de que es un deber del católico hacer apostolado», añade. Así, ese día Duff se reunió con otros 15 jóvenes y un sacerdote, y tras rezar el rosario e invocar al Espíritu Santo, se comprometieron a visitar a los enfermos de cáncer de un hospital cercano, a los que nadie visitaba. «Empezaron de esta forma tan sencilla y poco a poco fueron creciendo en número. Después fueron a trabajar a un barrio de Dublín marcado por la prostitución, y el entorno cambió totalmente al cabo de pocos años. Con una espiritualidad mariana basada en la devoción a la Virgen de san Luis María Griñón de Monfort, empezaron a vivir una labor apostólica volcada en los demás, en salir hacia fuera», señala la presidenta.
Junto a su marido, Javier de Frutos, actualmente el tesorero de la asociación, ambos conocieron la Legión de María en los años 80, y desde entonces han sido fieles a las reuniones semanales en las que se basa el funcionamiento de esta realidad.
Oración y acción
«Cada semana rezamos juntos y después cada miembro del grupo se compromete a alguna labor apostólica esa semana. Es un compromiso de acción en la parroquia, según las necesidades que el párroco tenga. Habitualmente llevamos la vida de la parroquia hacia fuera, a las familias, a los enfermos, a las personas mayores, los sin techo, las prostitutas…, allí donde la Iglesia nos necesita».
En este sentido, comentan cómo salen «con mucha frecuencia» a encontrase con los jóvenes de botellón los fines de semana en el centro de Madrid, en las zonas de Fuencarral y Chueca, «muy cerca de nuestra sede». Mientras unos se quedan en la capilla rezando, otros miembros salen en pareja a dialogar a los jóvenes. «Les hablamos del sentido de la vida, lo que Dios es para nosotros, de la figura de Jesús…
Ellos generalmente están abiertos a escuchar, tengan las ideas que tengan. Si te presentas con cariño y respeto, la mayoría entra al diálogo». Es algo que también realizan con mujeres que están en la calle por prostitución y personas sin techo: «La gente en general se abre, y eso da la posibilidad de tener conversaciones muy emocionantes», señalan.
«La Legión de María es muy sencilla pero muy penetrante –atestiguan–. Es muy exigente, el compromiso es serio. Es uno de los grandes movimientos que tiene la Iglesia en el mundo, que trabaja muy en silencio».
Extendida por todas las diócesis españolas
En la actualidad, está extendida en casi todas las diócesis españolas, visitando a domicilio a los enfermos, a los presos y a las familias; dando catequesis en las parroquias; ofreciendo cursos de alfabetización para emigrantes; apoyando a drogodependientes y prostitutas; y organizando la liturgia de la Palabra y la oración en los lugares sin sacerdotes.
«Nosotros solo podemos transmitir lo que sentimos y vivimos en la Legión de María –concluyen Conso y Javier–: recibimos mucho más de lo que damos. Al final, participar en la misión de la Iglesia es un bien para todos. Que este centenario que celebramos ahora nos traiga todavía muchas más bendiciones».
Para celebrar solemnemente este centenario, la Legión de María en España celebra este martes la Eucaristía en la catedral de la Almudena, en Madrid, presidida por el cardenal Carlos Osoro.