Diez años, 50 números: este es el balance de la revista de distribución gratuita más leída por las familias católicas de España: la revista Misión, que imprime cada tres meses 100.000 ejemplares. Algo tendrá cuando una publicación en papel persevera, a pesar de lo poco que se lee en este soporte. Y para celebrar este acontecimiento los responsables de Misión invitaron a una tertulia abierta el miércoles 31 de octubre a tres personajes de todos conocidos, y cuyas opiniones siempre interesan: José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián; María San Gil, antigua dirigente del PP en el País Vasco, y María Lacalle, vicerrectora de la Universidad Francisco de Vitoria.
«Vivimos una encrucijada histórica y en Misión estamos convencidos de que las familias católicas deben ser artífices del cambio que la sociedad española necesita», explicaba Isabel Molina, la directora de la revista. Por eso en esta tertulia no faltaron temas como la política, la secularización, la defensa de la vida o cómo vivir la fe en la familia. Tampoco confidencias, anécdotas y experiencias personales. Una tertulia interesante y esperanzadora.
San Gil explicó que «entre todos podemos cambiar esta situación», y pidió ser «radicales en lo que queremos. Siempre por la vía pacífica, pero tenemos que defender la vida y la familia». Ante los retos, Lacalle abogó por subrayar «la importancia de la belleza de la maternidad y la paternidad», idea que retomó monseñor Munilla al explicar lo atractivas que son las familias que viven unidas y viven la fe en público.
En cuanto a la defensa de la vida, Lacalle destacó la necesidad de «presentar la realidad tal y como es: cuanta más información hay, menos aborto; por eso quienes están a favor del aborto buscan por todos los medios que las mujeres no accedan a las ecografías». El obispo de San Sebastián sacó a relucir lo que para él son «las joyas de la corona de la Iglesia», los Centros de Orientación Familiar, lugares en donde se sanan familias y quienes están en situaciones difíciles encuentran apoyo: «El corazón del hombre es de quien lo restaura, no de quien lo rompe».
Hasta aquí, el futuro parecía prometedor, pero ya al final la directora pidió que los contertulios que se la jugaran: «¿Cómo será España dentro de 20 años?». Diversidad de opiniones, como en los toros, pero tres ideas claras: que España será lo que seamos nosotros, que para ello es necesario siempre una constante actitud de conversión, y no descuidar la importancia de las minorías creativas que, en palabras de Munilla, son los santos, porque «solo los santos pueden cambiar la historia».