Madrid tiene uno de los templos más sostenibles de Europa - Alfa y Omega

Madrid tiene uno de los templos más sostenibles de Europa

El arzobispo de Madrid ha dedicado la iglesia y el altar de Santa Genoveva, en Majadahonda, construida con materiales naturales como madera o piedra, y con calefacción por geotermia

Begoña Aragoneses
El cardenal Cobo realiza los ritos iniciales de apertura de la puerta del templo en la ceremonia de dedicación
El cardenal Cobo realiza los ritos iniciales de apertura de la puerta del templo en la ceremonia de dedicación. Foto: Archimadrid.

La iglesia aún huele a nuevo. A madera, fundamentalmente. Ya hace tiempo que ha terminado la Misa de 11:30 horas, pero aún hay fieles; alguno rezando, otra confesándose. También hay quien se acerca a ver cómo es por dentro este edificio imponente que se ha alzado en los últimos meses en una de las zonas de expansión de Majadahonda, solo separada del hospital Puerta de Hierro por ese nudo de carreteras que forman la M-50 y la M-516. Del antiguo barracón, que se ha quedado a cierta distancia pero en el mismo territorio parroquial, han rescatado tallas de gran devoción para los parroquianos: san José, la Virgen María y san Antonio. También la pila bautismal, situada en el atrio del nuevo templo, en la que tantos niños se han bautizado en estos 16 años de parroquia.  

Parte de los bancos han sido donaciones de familias
Parte de los bancos han sido donaciones de familias. Foto: Archimadrid.

En una de las cruces incrustada en el muro lateral izquierdo aún se ven las marcas de los dedos del arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, al ungirla con los santos óleos en la dedicación de este nuevo templo, celebrada el domingo 21 de abril con una Misa solemne. Nos encontramos con el párroco, David Benítez, al lunes siguiente, para que nos hable de un templo que es de los más sostenibles de Europa. Detalla, por ejemplo, que la calefacción y la refrigeración es por geotermia: bajo el aparcamiento del complejo parroquial hay excavados 17 pozos de 125 metros de profundidad. Allí se mantiene agua a temperatura constante y así arrancar el sistema para obtener calor o frío no comporta tanto gasto energético.

También habla de los materiales del templo, «todos naturales». Aparte de la madera está el barro para gran parte del suelo, excepto el del presbiterio, en piedra natural. El altar, el ambón y la sede son de tierra compactada de Majadahonda. En el Deuteronomio, explica Benítez, Dios le pide a Moisés que haga un altar de tierra; encima, y ya en términos de Nuevo Testamento, se ha colocado una losa de piedra, ungida con el crisma por Cobo, que se convierte así en símbolo de Cristo. En su interior se introdujo un relicario con reliquias de santa Genoveva, san Pedro Poveda, san Juan de Ávila, san Josemaría y un beato mártir.

David Benítez, el párroco, explica la composición del altar, en tierra compactada de Majadahonda, y la losa, de piedra
David Benítez, el párroco, explica la composición del altar, en tierra compactada de Majadahonda, y la losa, de piedra. Foto: Begoña Aragoneses.

Las luces, todas led, son un plus cálido a una iluminación natural que ya por sí sola sería suficiente. Pero esta, como indica el rito de la dedicación de la iglesia, es la «luz de Cristo, para que todos los hombres lleguen a la plenitud de la verdad». En cualquier caso, resuelve el párroco, «podemos ser muy sostenibles, pero lo importante es estar abiertos y al servicio de la gente». Por eso, tal y como indicó el día de la celebración, «la nueva iglesia tiene que ser un edificio que hable de Dios, pero no solo a los que estamos dentro, sino a los de fuera». Así se manifestó también el arzobispo de Madrid en su homilía: «Por muchos templos que edifiquemos, no podemos perdernos el milagro de ser nosotros su templo [de Dios], y de poder traslucir su presencia cuando construimos la comunidad cristiana».

Iconografía de la misericordia
Imagen general del templo

Santa Genoveva, a pesar de su arquitectura moderna, respeta los cánones y el simbolismo de la Iglesia. Sus 40 metros señalan las etapas en la obra de la redención y las tres puertas de entrada, la Trinidad. Los colores del retablo son símbolo de la alianza de Dios con los hombres, mientras que los doce ventanales se refieren a los apóstoles. El vía crucis está en el suelo porque es un camino, y toda la iconografía habla de la misericordia de Dios. Los murales exteriores, aún no realizados, se centrarán en la creación del mundo; los interiores, en escenas de la Biblia, y el ya visible, el del presbiterio, alude a la Jerusalén del cielo, con santos que «han vivido las obras de misericordia en plenitud» como san Isidro y santa María de la Cabeza o María Magdalena.