Fray Marcos, tras casar a Jordi Cruz y Rebecca Lima: «Ellos me han predicado a mí»

¿Usted se imaginaba que iba a casar a Jordi Cruz cuando pasó por Masterchef?
Sí esperaba casarlo porque se comprometió conmigo en un programa que se haría casar por la Iglesia. Fue durante el año pasado, cuando yo estaba participando. 

¿Qué ha supuesto para usted?
Una ventana para predicar. Pertenezco a la orden de predicadores. Estamos llamados como cristianos y católicos, como dice san Pablo, a predicar a tiempo y a destiempo. Cuando pasé por Masterchef me dieron una ventana para hablar de amor, de fe, del Evangelio, de esa buena nueva. Dios ha escrito en nuestros renglones torcidos a pesar de nuestros pecados y la limitación del ser humano. 

Tocó usted la guitarra durante la ceremonia e incluso cantó en portugués. ¿Qué decían sus canciones?
Aprendí portugués cinco minutos antes de la boda. Rebecca y su familia son de Brasil, les quise dar esa sorpresa y unos minutos antes aprendí una frase en portugués. A ella le sorprendió muchísimo, se emocionó hasta las lágrimas porque no se lo esperaba. Yo tenía la guitarra debajo del altar y la saqué en un momento de oración y alabanza. Ella es una mujer con una familia muy creyente.

Y ella misma, ¿no? Tiene una cita de la carta a los romanos en su perfil de Instagram, que no es algo común.
Ambos, a su manera, me han predicado a mí. Ella me pidió que no me cohibiera de decir nada relacionado con Cristo, que no me limitara en el tiempo para predicar. Me decía: «Aquel que se canse, bien por él, viene a mi boda y lo primero es Dios. Mi familia y mi hogar son un proyecto de Dios desde que era niña».

Eso se cumplió el día de la boda y yo le hice caso porque sentía que Dios me estaba haciendo un mandato a través de ella. Ella sintió que yo estaba ahí para cumplir su propósito. Yo siento que ambos me fueron enviados por Dios y ella me dijo: «Fray Marcos, te ponemos el escenario en tus manos, yo sé que a mi boda va a venir gente que no cree en Dios y es a esa a quien tenemos que predicarle».

Me llamó la atención que una chica tan guapa, empresaria, con fama, económicamente pudiente, me estuviera indicando eso.

¿Y con Jordi Cruz qué experiencia tuvo?
Por parte de Jordi me encuentro a un hombre que, si bien no es tan practicante, es de mucha fe y mucho compromiso. Dije en la homilía que él estaba cumpliendo la palabra, algo que tanto se ha perdido hoy día. Tenemos a políticos que hacen promesas que no se llegan a cumplir. Le dije: «Jordi, has cumplido una de las grandes promesas que hiciste, eres un elegido de Dios para predicarnos que cumplir la palabra hoy es posible».

También le dije la cita de «vosotros sois la sal de tierra». Y que «estáis cocinando el mejor plato que podéis encontrar, el de una familia como Dios manda».

También ha podido bautizar al pequeño Noah, ¿qué ha supuesto para usted introducirlo en la fe a pocos días de la boda de sus padres?
Noah cumplió un año el 21 de agosto, le bautizamos y Rebecca me pidió que predicara a su familia y amigos más allegados. Fue mucho más privado. «Quiero que nos predique sobre la importancia de bautizar», me dijo. En su padre encontré a un hombre profundamente católico de Brasil. Su familia, en plena fiesta en casa de Jordi, comenzó a cantar en portugués: «Se derrama sobre nosotros, Señor, tu espíritu». Fue un canto muy lindo y me hizo reflexionar mucho.

¿Qué planes tiene ahora?
Estamos grabando y saldrá en octubre al aire, en el canal de YouTube Mater Mundi TV, un programa que se llama En los fogones de María, cocinando con la madre. Es un programa que gira en torno a la mariología mientras hacemos alguna receta y hablamos de las advocaciones de la Virgen y otros temas muy marianos.

En esta sociedad en la que estamos viviendo, con alimentos tan desabridos, es importante que cada católico practicante, ya sea laico o religioso, aporte un ingrediente a ese plato que llamamos vida. Queremos sabor de Cristo en una sociedad que vive con constante indigestión.