Francisco rinde homenaje a Pío X, el Papa que lloró por la Primera Guerra Mundial - Alfa y Omega

Francisco rinde homenaje a Pío X, el Papa que lloró por la Primera Guerra Mundial

«Pío X fue también un Papa que lloró ante la guerra mundial, de la que fue considerado la primera víctima, y rogó a los poderosos que depusieran las armas», escribe Francisco en el prólogo de un libro sobre Pío X

Victoria Isabel Cardiel C.
El Papa Pío X. Foto: CNS.

El Papa ha rendido homenaje a Pío X, el Pontífice que lloró al ver la magnitud devastadora de la Primera Guerra Mundial, en el prólogo de un libro que escarba en los documentos históricos y saca a la luz los retratos pictóricos o escultóricos inéditos que tanto artistas humildes o famosos realizaron sobre él.

Homenaje a Pío X. Retratos contemporáneos de Ediciones Kappadue, del sacerdote Lucio Bonora, funcionario de la Secretaría de Estado, es un compendio de las imágenes que se fueron recopilando a lo largo de la vida de Giuseppe Melchiorre Sarto de sacerdote a Papa, fruto de varios años de investigación.

Fue un Papa «amado y deseado durante su vida, y luego invocado como santo, incluso antes de su beatificación, por la gente sencilla, por los fieles, por los sacerdotes, por las parroquias, por los estudiantes de las escuelas católicas de todo el mundo con muchos religiosos dedicados a ellos, pero también por intelectuales y hombres de Estado», escribe el Pontífice.

«Yo también amo a Pío X por otra razón. Porque, como jesuita, le debemos a Pío X el haber propiciado el nacimiento del Instituto Bíblico aquí en Roma, con beneficios teológicos y espirituales que pronto se extendieron por toda la Iglesia. Pío X fue también un Papa que lloró ante la guerra mundial, de la que fue considerado la primera víctima, rogando a los poderosos que depusieran las armas. Cómo lo siento cercano en este trágico momento del mundo actual…», añade.

Francisco revela su devoción por este Papa que falleció el 20 de agosto de 1914: «Cuando
estaba en Buenos Aires, el día de su fiesta, el 21 de agosto, solía reunir a los catequistas de la archidiócesis. Mis pensamientos y mis recuerdos se remontan a esa cita, porque era un encuentro que anhelaba y buscaba. Me gustaba pasarlo con quienes hacen todo lo posible por instruir a niños y adultos en las verdades de la fe, y Pío X siempre ha sido conocido como el Papa de la catequesis».

En el prólogo, lo describe como un Papa «dócil y fuerte», pero también «humilde y claro». «Un Papa que hizo comprender a toda la Iglesia que sin la Eucaristía y sin la asimilación de las verdades reveladas, la fe personal se debilita y muere».

Asimismo destaca que Pío X siempre deseaba estar «con los pequeños, los pobres, los necesitados, las víctimas de los terremotos, los desfavorecidos, y con los que sufrían a causa de las catástrofes naturales o de las dificultades de la vida».

Pío X fue beatificado el 3 de junio de 1951 y canonizado el 3 de septiembre de 1954.

El Papa concedió a las Iglesias de Treviso, Padua y Venecia la peregrinación de las reliquias de san Pío X. Así asegura que la veneración de los fieles demostró con sus oraciones y con su participación, que Pío X «no está confinado a épocas pasadas de la historia ni monopolizado por grupos particulares, sino que pertenece a la Iglesia de hoy, al pueblo de la Iglesia, es decir, a los bautizados de todas las edades, que quieren ser fieles al Evangelio y a sus Pastores, y que ven en los santos verdaderos modelos de vida y sus sinceros compañeros de camino tras Jesús y el Evangelio, inspirándose en los ejemplos y opciones de sus vidas».