Amnistía Internacional alerta de un «panorama de alarmante represión» - Alfa y Omega

Amnistía Internacional alerta de un «panorama de alarmante represión»

La tecnología al servicio de las grandes empresas, el sufrimiento de la población civil en los conflictos o la falta de rendición de cuentas del gobierno español son algunas de las claves

Ester Medina
Una mujer, Tetiana, inspecciona su apartamento en ruinas atacado con drones en Kiev, Ucrania, el 22 de diciembre de 2023
Una mujer, Tetiana, inspecciona su apartamento en ruinas atacado con drones en Kiev, Ucrania, el 22 de diciembre de 2023. Foto EFE / EPA / Oleg Petrasyuk.

Amnistía Internacional ha presentado este martes en Londres el informe anual  La situación de los derechos humanos en el mundo, en el que hace un repaso de las grandes violaciones de derechos en 155 países en ámbitos como el sufrimiento de los civiles en los conflictos o la instrumentalización de las tecnologías. «Se plantea un sombrío panorama de alarmante represión en un contexto de desigualdad global creciente», según ha explicado la secretaria general de la organización, Agnès Callamard.

La investigación asocia el uso descontrolado de las plataformas de las grandes empresas con la activación de gran parte de los conflictos, así como la utilización de programas informáticos espía y de vigilancia masiva para coartar el ejercicio de derechos y libertados fundamentales. «Estos avances tecnológicos descontrolados y no regulados pueden utilizarse como arma para discriminar, desinformar y dividir», señala el informe.

Sufrimiento de civiles

«El flagrante desprecio de Israel por el derecho internacional se ve agravado por la falta de acción de sus aliados para detener la indescriptible masacre de civiles impuesta sobre Gaza», ha denunciado Agnès Callamard. El informe pone de relieve el uso de veto que ha hecho Estados Unidos en la ONU para paralizar la resolución del Consejo de Seguridad a favor de un alto al fuego en Gaza, sobre todo mientras continúa armando a Israel con municiones que se utilizan para cometer actos que probablemente constituyan crímenes de guerra.

En este sentido Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, ha recalcado que «el orden mundial que conocemos está en riesgo y el sufrimiento de la población civil aumenta». Ha afirmado que «estamos viendo cómo se erosionan las leyes y se hace un mundo más peligroso».

Amnistía Internacional también pone el foco en las violaciones de derechos en otros conflictos aún vigentes, como en Ucrania. Allí persisten las infracciones de las fuerzas rusas y los ataques indiscriminados contra civiles, la tortura con los prisioneros de guerra, o la irrupción en infraestructuras de cereal y energía.

Otro ejemplo es Myanmar donde, nada más que en 2023, el conflicto se cobró más de 1.000 vidas. Según el informe, ni el Ejército de Myanmar ni las autoridades rusas se han comprometido a investigar las denuncias de violaciones flagrantes del derecho internacional.

Por otro lado, en Sudán también se están llevando a cabo ataques selectivos, especialmente con armas explosivas y en barrios densamente poblados. El año pasado murieron 12.000 personas y ocho millones de personas se han visto obligadas a huir. Esto ha provocado la mayor crisis de desplazamiento del mundo.

España no rinde cuentas

En relación con España, la principal preocupación de este organismo es la persistente falta de rendición de cuentas, algo que el director de Amnistía Internacional España califica como «un problema endémico». Denuncian que no hay voluntad política para abrir investigaciones independientes y efectivas, por ejemplo, sobre las violaciones de derechos ocurridas en las residencias durante la pandemia o tras el salto a la valla de Melilla en 2022. En este sentido, consideran fundamental que las administraciones, tanto estatales como autonómicas trabajen juntas para asegurar la implementación efectiva de las leyes y hacer realidad los derechos humanos.

La investigación también profundiza en la implicación que tienen las tecnologías para consolidar políticas discriminatorias, como el reconocimiento facial para controlar protestas públicas y excluir a comunidades marginadas, especialmente a personas migrantes y refugiadas. Por ejemplo, según detallan en el informe, la implementación de un sistema de bienestar social semiautomatizado en Serbia dejó a miles de personas sin acceso a asistencia social vital afectando sobre todo a comunidades romaníes y a personas con discapacidad. Asimismo, la organización también pone el foco en el control y externalización de fronteras con tecnologías abusivas, software de datos, técnicas biométricas y sistemas algorítmicos de toma de decisiones.

Amnistía Internacional prevé que estas prácticas se agudicen en un año electoral clave, con modelos empresariales basados en la vigilancia y que sirvan de catalizador para cometer violaciones de derechos en el contexto de las elecciones. No solamente en las presidenciales de Estados Unidos, sino también en la India, donde los ataques contra manifestaciones pacíficas y discriminación sistemática de minorías religiosas es cada vez más frecuente.

Movilizaciones sociales sin precedentes

«La esperanza está en la sociedad civil y en las manifestaciones multitudinarias», ha señalado Esteban Beltrán. Y es que el informe también subraya que hay una movilización global sin precedentes. No solamente las recientes manifestaciones pidiendo un alto al fuego en Gaza, sino también los miles de personas que salieron a las calles con el movimiento Viernes por el Futuro para pedir el abandono de los combustibles fósiles.

Otro ejemplo es Taiwán, donde después de las movilizaciones para poner fin a la violencia sexual en internet, el Gobierno aprobó una reforma en la Ley de Prevención de Delitos de Agresión Sexual. Amnistía Internacional también destaca al activista afgano Matiullah Wesa, puesto en libertad en octubre de 2023 tras casi siete meses en prisión por promover el derecho de las niñas a la educación y criticar la política talibán de prohibirles acudir a centros de enseñanza secundaria. «La gente ha dejado totalmente claro que quiere derechos humanos; ahora corresponde a los gobiernos mostrar que están escuchando», ha afirmado Agnès Callamard.