«Callarse es lo fácil, pero eso no es lo que quiere el Papa» - Alfa y Omega

«Callarse es lo fácil, pero eso no es lo que quiere el Papa»

Representantes de diócesis de todo el continente se han reunido en Ceuta, sede del XXV Encuentro de Pastoral de las Migraciones Europeas, para conocer de primera mano la precaria situación en la que viven miles de jóvenes que se juegan la vida tratando de llegar a Europa, y la labor que hace con ellos la Iglesia. Otro de los motivos de la elección de este lugar –ha explicado el obispo de Cádiz al Papa– ha sido recordar la tragedia del Tarajal, de hace un año

Cristina Sánchez Aguilar
Un momento del Encuentro

Junto a la frontera entre España y Marruecos, «viven en asentamientos inhumanos o viviendas indignas» miles de personas. «Aquí, en el Estrecho de Gibraltar, presenciamos y asistimos al drama más trágico de cuantos quieren cruzarlo en barcas, pateras, o de modos inseguros e ilegales, con las consecuencias de las muertes violentas, naufragios y desastres que se producen. Igualmente, somos testigos de la presión en las fronteras, las devoluciones sumarias y los centros de internamiento de inmigrantes, que nos preocupan y entristecen por las situaciones que compartimos a diario».

Así describe la situación de la inmigración en Ceuta el obispo de Cádiz, monseñor Rafael Zornoza, anfitrión del XXV Encuentro de Pastoral de las Migraciones Europeas, celebrado del 8 al 11 de marzo. Representantes y Delegados de la Pastoral de Migraciones de Barcelona, Basilea, Beja, Bruselas, Burgos, Milán, Madrid, París, Tánger, Turín, Versalles, San Sebastián, Viena y Zúrich se han dado cita, precisamente aquí, una de las fronteras calientes de Europa, para conocer de primera mano esta «expresión dura de la realidad que viven las personas migrantes», afirma José Luis Pinilla, uno de los participantes y Secretario de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española.

Monseñor Zornoza envió una carta al Papa Francisco, explicándole además que «el lugar donde nos reunimos es significativo, pues muy cerca de donde nos encontramos, fallecieron hace un año 15 emigrantes cuando intentaban alcanzar la frontera española». Se trata de la tragedia de la playa del Tarajal, por la que están imputados 16 agentes de la Guardia Civil.

Los participantes en el Encuentro europeo visitaron también Tetuán, en Marruecos, «puerta doliente para la emigración, una de las más necesarias de acompañar en toda Europa», explica Pinilla. «Con su labor en esta frontera, la Iglesia es referencia en la forma de acompañar, defender y servir», añade. Tocaba aprender de las personas que prestan este servicio a los inmigrantes.

El apoyo del Papa Francisco

Monseñor Zornoza le decía también el Papa que hay otras fronteras en las que trabajar, «en el interior de nuestras ciudades, en los barrios que vivimos, en los grupos que nos movemos, en el conjunto de la sociedad, de Europa y en la misma Iglesia. Fronteras que nos dividen y separan. Fronteras que hay que superar».

El Papa respondió al obispo de Cádiz y Ceuta mediante un mensaje firmado por su Secretario del Estado, el cardenal Pietro Parolin. En él, animó a los participantes «en sus esfuerzos por valorar las localidades fronterizas como lugares de encuentro», y agradeció su «especial dedicación a la acogida y a la fraternidad».

Pinilla, en una visita a uno de los centros de internamiento de inmigrantes en Ceuta

Esa dedicación requiere, a veces, afirma Zornoza en una reflexión en su blog personal –rafaelzornozaboy.com–, dar la batalla por «el respeto a los derechos humanos y el cumplimiento de los tratados internacionales», algo que, en materia de migraciones, «sigue siendo una asignatura pendiente».

«Francisco, a través de mensajes, y también con sus gestos, nos advierte que toda política migratoria que no busque, por encima de intereses económicos y políticos, el bien de la persona, está equivocada», añade Pinilla.

Los obispos españoles, afirma este responsable de la Conferencia Episcopal, «reconocen y valoran positivamente las labores que hacen, muchas veces, las instituciones del Estado en la ayuda a los emigrantes. Pero también, por exigencia de la doctrina social de la Iglesia, tienen que advertir cuando se atentan contra la dignidad de las personas», señala el Secretario de la Comisión de Migraciones. Lo hicieron con el reciente comunicado en el que denunciaban las devoluciones sumarias. Porque «la Iglesia está llamada a ser ella misma Iglesia, lejos del poder y cerca de los pobres. Estar callados es lo fácil, sin armar lío. Pero no es esto lo que quiere el Papa», añade Pinilla.