Un nuevo relato para Europa
La controvertida gestión de la crisis de los refugiados así como otros desafíos a los que se enfrenta la Unión Europea han estado muy presentes en las distintas mesas de debate de la última edición de EncuentroMadrid, en la que han participado diversas personalidades del ámbito de la política, la filosofía, la religión la ciencia y la educación
En estos tiempos en los que los líderes de la política española no son capaces de llegar a acuerdos ni siquiera sobre cuestiones esenciales, resulta extraño y a la vez gratificante escuchar a dos dirigentes del PP y el PSOE coincidir en el diagnóstico de los males que aquejan a Europa y en parte de sus propuestas de solución. Son el popular Eugenio Nasarre (actualmente presidente de la Federación Española del Movimiento Europeo) y el eurodiputado socialista Ramón Jáuregui, dos políticos con una amplia trayectoria a sus espaldas en la que han ejercido altas responsabilidades.
El marco de este diálogo ha sido la última edición de EncuentroMadrid, evento cultural organizado por personas vinculadas al movimiento católico Comunión y Liberación que, en esta ocasión, ha centrado sus debates en la crisis de los fundamentos y el ideal de la Unión Europea justo en el momento en que se enfrenta a los más graves desafíos de su historia: la llegada de los refugiados, la violencia terrorista, el resurgir de los nacionalismos y los populismos, el brexit y la amenaza al modelo social.
«Ya no somos un ejemplo»
«El relato de Europa como espacio de paz, derechos y libertades ha perdido emoción y credibilidad», alertaba Jáuregui, quien lamentó: «Ya no podemos enarbolar ese relato porque, por culpa de nuestra respuesta vergonzosa a la cuestión de los refugiados, ya no somos un ejemplo; nuestro modelo social también se está destruyendo a causa de la globalización. Hay que construir un nuevo relato».
Nasarre coincidió con el eurodiputado socialista en que «las viejas amenazas de Europa vuelven a aflorar: los nacionalismos y los enemigos de la democracia». Frente a ello, señaló que «se necesita un acercamiento, un entendimiento y una alianza entre las tres familias políticas que han protagonizado la construcción europea (democristianos, socialdemócratas y liberales), que deben unirse para identificar al adversario y trabajar juntos en una propuesta común», reclamó Nasarre, quien animó a «superar los obstáculos y seguir construyendo».
Mientras, Jáuregui insistió en las graves consecuencias de la mala gestión de la crisis de los refugiados: «Esas imágenes que muestran cómo los estamos rechazando permanecerán en la memoria por mucho tiempo. ¿Dónde irán esos jóvenes que rechazamos?¿Quién los captará?».
Acoger al diferente
Como si saliera al paso de la inquietud manifestada por Jáuregui, el padre Ibrahim Alsabagh, franciscano que atiende a los ciudadanos de Alepo (Siria) en medio de las bombas y la falta de agua y de electricidad, habló de la actitud que los europeos, especialmente los cristianos, deben tener hacia los refugiados que llaman a su puerta huyendo de la guerra y el hambre: «El otro es un desafío y puede darnos miedo, pero no podemos ser prisioneros del temor y hemos de ver en cada refugiado a Cristo mismo y acogerlo con prudencia y discernimiento, según programas de integración que permitan al que llega incorporarse a la sociedad y contribuir a la construcción común».
El padre Ibrahim intervino mediante videoconferencia en el acto de clausura del EncuentroMadrid. De esta forma, narró la experiencia que está suponiendo la generosa entrega de agua y ayuda humanitaria a todos los que se acercan a su parroquia, ya sean cristianos o musulmanes. «Nuestro pozo es un oasis de paz y alegría en medio del desierto. A todos los que vienen les damos una cálida acogida y les damos agua gratis sin hacer distinciones entre religiones».
El párroco de la iglesia latina de San Francisco, se refirió también a los cristianos que han decidido quedarse en Siria exponiendo su vida para hacer presente a Cristo y acompañar a todos sus conciudadanos en medio de esta situación de gran sufrimiento. «Todos los cristianos estamos llamados a dar este testimonio de amor a todo el que lo necesita, sea cristiano o musulmán», manifestó.
En la acogida del diferente centró su intervención Pablo Llano, director de Cesal, ONG española que en la actualidad desarrolla una campaña de apoyo a los refugiados sirios. «Tengo que acoger al otro no por tolerancia o por buenismo –afirmaba Llano– sino porque lo siento como parte de mi historia y de mi recorrido personal. Tengo que entrar en diálogo con el que es diferente para hacer crítica de mi propia experiencia y crecer en lo que yo soy».
Durante la Eucaristía del domingo por la mañana, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, manifestó a los asistentes y a los cientos de voluntarios que dan gratis y con alegría su tiempo y su trabajo para hacer posible este lugar de encuentro: «Hoy más que nunca sois necesarios, hombres y mujeres dispuestos a tener tan dentro a Dios que mostráis la luz y el sabor de Jesús».