El Papa pide en la ONU «verdadera voluntad política» para atajar la crisis climática
Cuatro años después del Acuerdo de París, «los compromisos alcanzados por los Estados todavía son muy flojos y están lejos», lamentó el Papa ante la Cumbre del Clima a través de una videoconferencia. El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, lidera la delegación de la Santa Sede y participará en diversos encuentros sobre paz, abolición de las armas nucleares y desarrollo
El Papa Francisco afirmó el lunes ante la Cumbre del Clima de la ONU que los compromisos globales frente a la crisis climática «todavía son muy flojos» y cuestionó que haya una «verdadera voluntad política» para responder a esa emergencia, que a su juicio hay que atajar con «honestidad, responsabilidad y valentía».
El Pontífice intervino por videoconferencia en la cumbre que se celebraba el lunes en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, aunque su mensaje se interrumpió en parte debido a problemas técnicos en su transmisión.
El Papa agradeció a la ONU «haber atraído la atención» de «la opinión publica mundial sobre uno de los fenómenos más graves y preocupantes que está viviendo nuestra época, el cambio climático».
Honestidad, responsabilidad y valentía
Opinó que, con el Acuerdo de París sobre el clima de 2015, la comunidad internacional asumió la «necesidad de dar una respuesta colectiva» a la crisis climática, un reto que a su juicio debe abordarse desde «tres grandes cualidades morales: honestidad, responsabilidad y valentía».
«Sin embargo, pasados cuatro años de aquel acuerdo, se observa cómo los compromisos alcanzados por los Estados todavía son muy flojos y están lejos» de proporcionar una respuesta adecuada al problema, afirmó Francisco.
«Es necesario preguntarse si existe una verdadera voluntad política para destinar mayores esfuerzos para mitigar los efectos negativos del cambio climático», agregó.
Justo antes de que se cortara su intervención debido a los problemas técnicos, el Papa advirtió de que «el planeta sufre».
Apuesta vaticana
No es habitual que el Papa intervenga en una cumbre de la ONU. La difusión de su mensaje simboliza su apuesta por aunar fuerzas con esta institución para mentalizar sobre la necesidad de actuar ante la crisis climática.
Sin embargo, la intervención del Santo Padre no ha sido la única presencia de la Santa Sede en la Asamblea General de la ONU. De hecho, la decisión de enviar al secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, al frente de la delegación vaticana revela la importancia que da la Iglesia a todas las cuestiones que se abordarán en la Asamblea General, y no solo a la crisis climática.
Su primera intervención, también el lunes, se produjo en el marco del Encuentro de alto nivel sobre Cobertura Sanitaria Universal. «Asegurar que todas las personas tengan acceso a la atención médica que necesitan es una expresión concreta de solidaridad, justicia social y el reparto equitativo del bien común», y como tal «un componente importante del desarrollo humano sostenible e integral». Este derecho humano básico, estrechamente vinculado al derecho a la vida, comprende «la salud de la persona como un todo y de todas las personas durante todas sus etapas de desarrollo».
Pobreza por gastos médicos
Sin embargo, «la mitad de la población mundial todavía no tiene acceso a atención sanitaria básica, mientras cerca de cien millones de personas son empujadas a la pobreza extrema cada año debido a los gastos médicos». Este problema —continuó— afecta especialmente a los más pobres, así como a otros grupos vulnerables como las personas con discapacidad, los mayores, los migrantes en situaciones precarias y los refugiados, así como, en ciertos lugares, a las mujeres y los niños.
Para atajar esta vulneración de un derecho humano, hacen falta —afirmó el cardenal— políticas que aseguren la atención esencial a todos, y también «la investigación y el desarrollo de tratamientos que, aunque no sean rentables desde el punto de vista económico, son esenciales para salvar vidas». Además, es necesaria una mayor solidaridad para compartir medios y tecnología con países que no tienen la capacidad de financiarlos.
La cuña de la «salud sexual y reproductiva»
Sin embargo, Parolin también lamentó como «muy desafortunado» que en la declaración sobre la cobertura sanitaria universal adoptada al principio del encuentro se hayan incluido «referencias profundamente preocupantes y divisivas» a conceptos como la «salud sexual y reproductiva y derechos reproductivos».
«La Santa Sede rechaza —subrayó— la interpretación [de estos términos] que consideran el aborto y el acceso al mismo, el aborto para la selección del sexo, el aborto de fetos diagnosticados con problemas de salud, la maternidad subrogada y la esterilización como dimensiones de estos términos o de la cobertura sanitaria universal».
A lo largo de esta semana, Parolin intervendrá además en diversos encuentros sobre bosques, la situación en Siria y la República Centroafricana, los objetivos de desarrollo sostenible, financiación para el desarrollo, tráfico de personas, cómo facilitar la entrada en vigor del tratado para una prohibición integral de las pruebas nucleares, la eliminación de armas atómicas, la persecución contra los cristianos y el desarrollo de los pequeños estados insulares.
Efe / Redacción