Zuppi regresa por segunda vez a Moscú en misión humanitaria
El año pasado, el presidente de los obispos italianos y arzobispo de Bolonia estuvo en Kiev, Moscú, Washington y Pekín. La visita se produce tres días después de que el Pontífice recibiera a Zelenski en el Vaticano
La tragedia de los menores deportados a Rusia, que Ucrania cifra en unos 20.000, será uno de los principales temas de la nueva misión encomendada por Francisco al cardenal Matteo Zuppi, que este lunes ha viajado a Moscú —después de hacerlo por primera vez en junio del 2023— en el marco de la iniciativa humanitaria auspiciada por la Santa Sede. Según ha confirmado el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, a los medios, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) y también arzobispo de Bolonia «ha iniciado hoy una nueva visita a Moscú».
El objetivo del viaje es «sumar nuevos esfuerzos para favorecer la reunificación familiar de los niños ucranianos y el intercambio de prisioneros, con vistas a alcanzar la tan esperada paz». El Vaticano ha dicho que está previsto que Zuppi tenga «un encuentro con las autoridades», si bien no ha especificado con cuáles. También ha enmarcado la visita en el frente humanitario más que en un intento de lograr un puente de diálogo entre los países en liza.
Tal y como señala Vatican News, gracias al canal diplomático abierto por el cardenal italiano varios niños ucranianos trasladados a Rusia por el Ejército ruso de ocupación han podido regresar a sus hogares. En los últimos meses, la vicepresidenta del Parlamento ucraniano, Olena Kondratiuk, hizo público un encuentro en Roma con el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y dio las gracias al cardenal, subrayando que la «diplomacia humanitaria» de la Santa Sede había dado importantes resultados. Se refería, entre otros, a la liberación de los dos sacerdotes redentoristas detenidos en noviembre de 2022 y liberados por Rusia en un intercambio de prisioneros con Ucrania el 29 de junio. Un logro que el propio presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que fue recibido el viernes en el Vaticano en el marco de la gira europea que el mandatario ucraniano realizó para solicitar más ayuda a los líderes de Reino Unido, Francia, Alemania e Italia para hacer frente a la invasión rusa, puso en valor.
Zelenski explicó después que durante la audiencia privada pidió el apoyo diplomático de la Santa Sede para devolver a los ucranianos detenidos y ahora bajo el cautiverio de Moscú. «La cuestión de la repatriación de nuestros compatriotas estuvo en el núcleo de mi encuentro con el Papa Francisco. Contamos con la ayuda de la Santa Sede para ayudar a repatriar a los ucranianos capturados por Rusia», escribió el mandatario en X.
En este sentido, en mayo Francisco pidió precisamente un intercambio generalizado de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania y recordó «la disposición de la Santa Sede para favorecer todos los esfuerzos en este sentido». Según el comunicado difundido por la Santa Sede, las conversaciones entre Francisco y Zelenski estuvieron dedicadas a «el estado de la guerra y la situación humanitaria en Ucrania, así como [a] las vías que podrían poner fin y conducir hacia una paz justa y estable en el país».
El Papa encomendó al cardenal Zuppi esta misión de paz en el mes de mayo de 2023. A principios de junio viajó a Kiev donde fue recibido por Volodímir Zelenski. A finales de ese mismo mes, visitó Moscú y en julio fue a Washington, donde departió con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Francisco fue preguntado por esta misión y por la mediación para lograr el retorno de los menores ucranianos durante el vuelo de vuelta de Hungría del 28 al 30 de abril del año pasado y confirmó la mediación del Vaticano: «La Santa Sede ha actuado como intermediaria en algunas situaciones de intercambio de prisioneros y a través de la embajada fue bien, creo que esto también puede ir bien. Es importante. La Santa Sede está dispuesta a hacerlo porque es justo, es una cosa justa y hay que ayudar, para que esto no sea un casus belli, sino un caso humano. Es un problema de humanidad antes que un problema de un botín de guerra o de una transferencia de guerra. Debemos hacer todo lo humanamente posible».
En junio del año pasado, Zuppi regresó de su viaje de tres días a Moscú sin resultados, al menos aparentes.
Allí se reunió con dos altos funcionarios del Kremlin —con su consejero diplomático, Yuri Ushakov, y con Maria Lvova-Belova, responsable de la infancia, que muchos analistas consideran la verdadera artífice de las deportaciones forzosas de niños ucranianos a territorio ruso— y con Cirilo, patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa. Pero no fue recibido por Vladimir Putin ni por el canciller Serguei Lavrov.