Xabier Gómez: «La Iglesia propone vías seguras y legales para la migración»
La Iglesia pide el «derecho a no migrar» y «el reconocimiento al derecho de la ciudadanía plena» para aquellos migrantes que tengan que hacerlo
Ante la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que se celebra este domingo, el director del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, Xabier Gómez, y el abogado experto en derecho migratorio David Melián, han ofrecido este martes, en un desayuno de prensa, el testimonio y trabajo de la Iglesia con un mensaje centrado en el deseo de que los migrantes tengan el derecho de ser «libres de elegir de emigrar o quedarse».
Xabier Gómez ha explicado que el flujo migratorio «es un fenómeno que sirve para entender el cambio de época» y añade que «la Iglesia nunca se pone de lado, siempre está al lado de los migrantes y refugiados».
Ha puesto el foco en un derecho del que habla la Doctrina Social de la Iglesia, aunque no está codificado en la legislación internacional: «El derecho a no migrar». «Que las poblaciones tengan las condiciones de dignidad, de vida».
«La Iglesia propone vías seguras y legales para la migración, acogida digna y segura, además de operaciones conjuntas de rescate y de búsqueda», ha expresado Gómez. «Cuando hablamos de la llegada, la Iglesia va a estar abogando por el reconocimiento al derecho de la ciudadanía plena». Esto significa otorgar el permiso de trabajo, de residencia y evitar así el peligro de «quedar en una situación administrativa irregular».
«No puede ser que la respuesta» ante los problemas que tienen los migrantes en su país de origen «sea infringirles más sufrimiento», ha añadido el director del Departamento de Migraciones de la CEE. «La campaña no pierde de vista la movilidad humana: los países de origen, el tránsito y la llegada».
Por su parte, el abogado experto en derecho migratorio David Melián mostró la necesidad de codificar «el derecho a no migrar». En su intervención ha explicado que su reciente visita a Senegal «me ayudó mucho a comprender que la elección no es libre. Vienen porque no tienen más remedio».
En su visita al país africano conoció a la familia de algunas de las personas que han llegado a Canarias y así ha podido vivir y sentir sus realidades desde allí, desde el lugar de origen. También ha podido acompañar a las familias «que están sufriendo el duelo de la pérdida de sus hijos» porque no pudieron llegar a Canarias. «La parte humana siempre es lo más importante. No podemos dar una asistencia jurídica olvidando el lado humano», afirma.
El abogado denuncia el «laberinto» jurídico al que se enfrentan. «Tienen requisitos prácticamente imposibles de conseguir» y añade: «Nadie se jugaría la vida en el mar pudiendo venir de manera regular. Más sabiendo que cuando lleguen se les está reconociendo el estatuto de refugiados. No tiene ningún sentido».