La Iglesia en Madrid pone en marcha una comisión contra la violencia de género
La Iglesia en Madrid ha puesto en marcha una comisión Por una vida libre de violencia contra las mujeres. Se da a conocer en el marco de la festividad de María Magdalena (22 de julio), mujer referente «porque en ella vamos a encontrar la imagen de muchas mujeres que sufren violencia»
En los cinco primeros meses de 2017 siete mujeres –de las 31 que se conocen hasta hoy– fueron asesinadas en Madrid, que capitanea la lista de muertes por violencia machista del año, seguida por Barcelona, Alicante y Toledo. Desde 2003, la Comunidad de Madrid encabeza el mapa de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas con una cifra de 95 fallecidas, algunas con denuncias previas, otras sin ellas. También en 2016, la capital fue la tercera comunidad –solo adelantada por Valencia y Andalucía– con más mujeres inscritas en el registro central de víctimas de violencia de género del Ministerio de Justicia. En total, 3.200 solicitaron una orden de protección o medidas cautelares.
El Papa Francisco, tanto en Evangelii gaudium como en Amoris laetitia, condena la violencia contra las mujeres, a la que define como «una cobarde degradación del poder masculino». A esta condena se suma la archidiócesis de Madrid, que a finales de 2016 organizó las primeras jornadas a nivel diocesano sobre violencia machista. En su discurso, el vicario de Pastoral Social e Innovación, José Luis Segovia, afirmó que «la Iglesia toma partido de manera absoluta e incondicional por las víctimas» y reconoció que, «en nuestro propio seno, tenemos a no pocas mujeres maltratadas y también maltratadores». La prioridad para la diócesis, aseguró, «es ayudar a desclavar a estas mujeres de sus cruces y denunciar a los hombres que sin escrúpulos las han clavado en ellas».
Pepa Torres, religiosa apostólica del Sagrado Corazón, reconoce que «ya era hora de que la Iglesia tomase partido a nivel institucional para que las mujeres víctimas de violencia la sientan inequívoca, radical, afectiva y efectivamente a su lado, ya que no es admisible ninguna forma de abuso o agresión hacia las mujeres». Es cierto que «siempre ha habido cristianos comprometidos contra la violencia, pero había que hacer un trabajo de sensibilización y denuncia hacia el interior, y también hacia el exterior».
Una nueva comisión
Por eso acaba de ver la luz la comisión diocesana Por una vida libre de violencia contra las mujeres, que pertenece a la Vicaría de Pastoral Social e Innovación y que se da a conocer en el marco de la festividad de María Magdalena –22 de julio– «mujer a la que, en ocasiones, se le ha dado el papel de prostituta y que ha sido poco considerada. Nosotras la queremos poner de relieve, porque en ella vamos a encontrar la imagen de muchas mujeres que sufren violencia. Como a María Magdalena, las queremos visibilizar, darles el papel que tienen que tener en la Iglesia y en la sociedad», afirma Julia Almansa, directora de la Fundación Luz Casanova y miembro, junto a Torres y otras cinco mujeres, de la comisión.
Todo surgió a raíz de las primeras jornadas contra la violencia hacia la mujer. «Vimos la necesidad de hacer un trabajo continuo, como diócesis», señala Almansa. El primer paso será la difusión de un vídeo al que todos los madrileños podrán sumarse con un mensaje claro: «En nombre de Dios, ni una muerte más. Dios nos quiere vivas». El segundo paso será que «el día 22 las redes sociales se llenen de mensajes en los que la Iglesia se posiciona claramente y de manera radical contra la violencia y en el acompañamiento a las víctimas».
Este acompañamiento requiere una formación previa. Por eso, es clave en la propuesta de la comisión «trabajar en las parroquias y comunidades eclesiales para acercar las situaciones que están viviendo las víctimas», señala la directora de Luz Casanova. Un trabajo que se hará a partir de septiembre, y no sin dificultades en ocasiones, ya que «no siempre el papel de la Iglesia en este tema ha sido de desvelar, sino a veces de ocultar o de animar a las mujeres a la resignación. Por eso, nuestra labor es recordar que la violencia contra la mujer es contraria al Evangelio», añade Pepa Torres. «Queremos fomentar el buen trato, cómo son las relaciones igualitarias que te hacen crecer y cómo son las relaciones con un trato que te impide desarrollarte».
No es crear una red paralela
La comisión no tiene como objetivo «crear una red paralela de atención, porque ya existe y además nos sumamos a ella activamente», explica Inés Abril, también miembro de la comisión, trabajadora social y experta en temas de violencia contra la mujer. Lo que busca la nueva propuesta del Arzobispado de Madrid es «que los agentes pastorales tengan herramientas para detectar una posible víctima cuando alguien se acerca a la parroquia, que sepan sostener la conversación y derivar le caso. Que la víctima se sienta cómoda en este espacio, que se sepa que se la va a acoger, que no se la va a revictimizar», continúa Abril. Así, añade Torres, «romperemos por fin ese imaginario que muchos tienen de la Iglesia y de los cristianos de una postura tibia y de complicidad frente a la violencia. Aquí estamos para desmontar esa idea y sumarnos a las iniciativas de la sociedad civil que luchen contra esta lacra».