Víctor Manuel Fernández: «El Evangelio a veces da frutos fuera de la Iglesia»
El prefecto de Doctrina de la Fe ha declarado en la presentación de Dignitas infinita que, «la compresión de la realidad por parte de la Iglesia evoluciona» en su diálogo con el mundo
«Cuando la Iglesia defiende la vida desde su concepción, no es causa de un fanatismo machista ni de una mentalidad atrasada, buscamos ser coherentes con la dignidad humana más allá de cualquier circunstancia», ha declarado Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para Doctrina de la Fe, durante la presentación de Dignitas infinita. Es un documento cuyo contenido ha desgranado el lunes 8 de abril en la Oficina de Prensa de la Santa Sede y que aborda, entre otros temas, el atentado a la dignidad que suponen el aborto, la trata de personas, la ideología de género, la pobreza o la guerra.
Según el cardenal argentino, «la dignidad humana es la misma para todas las personas hayan salido o no del vientre materno». Aunque ha matizado que, aparte de hablar del aborto, «el documento aborda la violencia contra las mujeres». «Todos los argumentos elegidos son importantes para comprender el tema de un modo armónico», ha reivindicado.
Víctor Manuel Fernández ha explicitado además el rechazo de la Iglesia a «la ideología de género» sosteniendo que «estas ideologías, en vez de ayudar al reconocimiento de la dignidad, empobrecen la dimensión humana en la que el hombre y la mujer tienen un hermoso encuentro con la mayor diferencia que contiene la humanidad». «Eso es inigualable», ha sentenciado. Y ha añadido que «la idea del matrimonio gay o la eliminación de las diferencias no nos parece aceptable».
De forma sucesiva y complementaria a esta declaración, el prefecto ha señalado que «es contrario a la dignidad humana que una persona sea perseguida, torturada, encarcelada y torturada por el hecho de ser gay, solo por su orientación sexual». «Es algo que sucede, también legalmente, en muchos países del mundo», ha condenado. Fernández ha diagnosticado además que «se habla poco de esta violación de la dignidad humana y este ataque a los derechos humanos», también por parte del periodismo. Y ha calificado como «doloroso» que «algunos católicos defiendan esas leyes injustas».
«La compresión de la realidad por parte de la Iglesia evoluciona»
El prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha revelado que Fiducia supplicans, una declaración pastoral que habilita la bendición a miembros de parejas homosexuales sin que esto signifique una legitimación de su vínculo, «ha tenido más de 7.000 millones de visualizaciones en Internet». Un gran interés que contrasta con «tantos documentos de los que no recordamos el nombre». También ha adelantado que, según los datos que ha recibido de «una encuesta que no se ha hecho pública», en Italia el 75 % de las personas menores de 35 años «están de acuerdo con este documento».
Pese a la atención que ha suscitado esa declaración publicada en diciembre de 2023, Fernández ha deseado que «el documento de hoy, que es una declaración mucho más importante, pueda tener ese nivel de impacto». «Creemos que el mundo tiene necesidad de redescubrir la inmensa dignidad de esa persona», ha asegurado.
En cuanto a las críticas al creciente acompañamiento de la Iglesia a las personas homosexuales, el prefecto ha lamentado que «parece que el Papa Francisco no pueda decir nada diferente a lo que se dijo antes, como si el Magisterio hubiese quedado cerrado con los papas precedentes».
En este sentido, el cardenal ha reivindicado que «la Iglesia también ha aprendido del modo más duro, atravesando fases difíciles, hablando con el mundo y escuchando a la sociedad». Y al mismo tiempo que ha celebrado que «en Occidente muchos valores de la sociedad provienen del Evangelio», ha opinado que «el Evangelio a veces da frutos fuera de la Iglesia que nos interpelan en modos que nos sorprenden» y que, en ese diálogo con el mundo, la propia Iglesia puede redescubrir y vivir el Evangelio con mayor intensidad. Ha puesto como ejemplo «el rechazo total de la pena de muerte por el Papa Francsico, que es el culmen a todo lo que la Iglesia ha reflexionado sobre la dignidad humanda».
Otro ejemplo que ha puesto el purpurado sobre la evolución de la sensibilidad de la Iglesia con el tiempo es la bula Dum Diversas con la que «en 1452, Nicolás V concedió al rey de Portugal permiso para someter a los sarracenos y paganos a la esclavitud». «Solo 80 años después, en 1537, Pablo III condenó con la excomunión a quienes sometieran a otros a la esclavitud “porque son seres humanos”». Al recordar estos momentos de la Historia, Fernández ha apostillado que es «un ejemplo de cómo la compresión de la realidad por parte de la Iglesia evoluciona y no crece siempre en la misma dirección que los documentos precedentes».