Vicente Rebollo: «Nos apretaremos el cinturón para atender a las personas» - Alfa y Omega

Vicente Rebollo: «Nos apretaremos el cinturón para atender a las personas»

Tras ocupar numerosos cargos en Burgos, especialmente en el ámbito de la gestión económica, Rebollo llega como obispo a la diócesis de Tarazona, donde será ordenado este sábado

Fran Otero
El nuevo obispo sustituye a Eusebio Hernández Sola. Foto: Arzobispado de Burgos.

Supongo que no se esperaba el nombramiento, ¿verdad?
Cuando te llama el nuncio ya te sorprendes. No me esperaba esto. Para nada. Y cuando te dice que el Santo Padre ha pensado en ti para esta misión te quedas perplejo, anonadado. Veo una responsabilidad muy grande.

Vayamos atrás. ¿Quién es Vicente Rebollo? ¿Cómo surgió su vocación?
Soy de un pueblo de Burgos. Cuando era pequeño, por allí pasaban religiosos, creo que se llamaban recapituladores vocacionales, y esas cosas siempre me inquietaban. Lo que más me atraía era la celebración de la Eucaristía. Entré al seminario muy joven, con 10 años, pero la vocación fue siempre poco a poco.

Desde entonces ha estado vinculado a la archidiócesis de Burgos. ¿Es duro dejarlo todo?
Cuesta. Es un desarraigo tras una dedicación plena a esta diócesis. En los últimos años, la actividad ha sido muy intensa como ecónomo, de relación con mucha gente. Ahora toca salir de mi tierra e ir a otra. Estoy madurando el cambio. Te agrada ver que otras personas van ocupando tus responsabilidades y que nadie es imprescindible.

¿Qué se lleva de Burgos a Tarazona?
El recuerdo de los curas y de las familias. El trabajo en las parroquias, en especial con los jóvenes, y también la faceta de administración y de relaciones institucionales.

Ya siendo sacerdote decidió estudiar Administración y Dirección de Empresas. ¿De dónde le viene este interés por las cuentas?
Me viene de mi madre, que no era economista ni tenía estudios. En casa lo hacía muy bien con los pocos recursos que teníamos como labradores. Mi hermano también es economista.

¿Cómo le fue en la universidad?
Empecé después del fallecimiento de mi madre, en 2002. Tenía 38 años, pero lo que más llamaba la atención no era la edad, sino mi condición de sacerdote. Tengo muy buenos recuerdos. Los compañeros me acogieron muy bien y siempre fueron muy respetuosos.

Estos estudios le valieron para ser nombrado ecónomo.
No estudié por necesidad de la Iglesia, pero, luego, al comentarlo con el arzobispo y otros sacerdotes, empecé con un grupo para la autofinanciación y el sostenimiento de la institución.

¿Cuál es el principal reto de la Iglesia en este campo?
El gran reto es que cada creyente sea consciente de que tiene que sostener a la Iglesia. También es importante el patrimonio. Es verdad que nos resta recursos, porque hay que mantenerlo, pero también es una fuente de ingresos. Tenemos que aprender a gestionar el patrimonio para que genere recursos para dedicar a las personas. Que vivamos en un país acostumbrado a la subvención o a que alguien venga a arreglar las cosas no ayuda para que exista un compromiso con el sostenimiento de la Iglesia.

¿Cómo afecta a la Iglesia la crisis de inflación que vivimos?
Venimos de una pandemia que todavía no hemos superado. Aún vemos vacíos en las parroquias y va a tener que pasar tiempo para que muchos vuelvan. El contexto económico en el que estamos nos va a hacer daño. Tendremos menos ingresos y más demanda, más gente que necesita nuestra ayuda. Ahí tenemos que estar atentos. Nos apretaremos el cinturón y dejaremos de hacer otras cosas para atender a las personas que van a llegar. La crisis de inflación y la subida de precios la afrontaremos con austeridad. Pasaremos un poco más de frío o usaremos menos la luz.

¿Qué es lo primero que quiere hacer en Tarazona?
Quiero conocer a los sacerdotes y las parroquias. Y ya, a partir de ahí, me meteré en planes pastorales, recursos, necesidades… En general, hay un tema que afecta a toda España, el de la transmisión de la fe. Las nuevas generaciones y no tan nuevas no tienen una cultura religiosa ni una práctica sacramental.

¿Cuál es su modelo de obispo?
Me han gustado los obispos que he tenido en Burgos. Me gustaría, como dice el Papa, ser un pastor con olor a oveja. Ser cercano, acompañar a la gente. Por lo menos, no ser un estorbo para el Espíritu Santo, saber discernir…

Bio

Natural de Revilla Vallejera (Burgos), donde nació el 15 de abril de 1964, es bachiller en Teología y licenciado en Teología Espiritual. En 2006 se licenció en Administración y Dirección de Empresas. Hasta su nombramiento era el ecónomo de la archidiócesis de Burgos, deán de la catedral, presidente de la aseguradora UMAS y consejero de Ábside.