Perdió el trabajo y acabó en la calle: «la Orden de San Juan de Dios fue mi tabla de salvación»

Vicente Ramón, licenciado en Geografía e Historia, llevaba una vida de lo más corriente hasta que perdió el trabajo. Ya no podía hacer frente a las facturas y un día le cortaron la luz, al día siguiente el teléfono, otro día no tenía agua y, por último, los caseros le cambiaron la cerradura y Vicente Ramón se quedó en la calle. Según sus propias palabras, «me convertí en un cadáver social».

La primera semana que pasó en la calle fue la más dura de su vida. «Dormía en la calle, me aseaba en los baños de grandes almacenes o bares y dejaba pasar la noche para que abrieran el metro y así poder entrar en calor».

En su nueva situación todos le dieron de lado, incluida su familia, porque «había dejado de ser una persona para convertirme en un problema». Vicente Ramón creía que había llegado su hora.

Todo empezó a cambiar cuando enfiló sus pasos primero hacia el Albergue San Juan de Dios y, posteriormente, al Albergue Santa María de la Paz, ambos de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios.

«Allí empecé a remontar. Fue mi tabla de salvación. Logré recuperar el control de mi vida». Allí también aprendió a evitar culparse por todo lo que había pasado para que acabara en la calle.

La Vida Misma

Vicente Ramón ha compartido su testimonio para «poner de manifiesto cómo la vida nos puede llevar, a nada que nos descuidemos, a recorrer lo que yo he acabado por llamar un largo camino de la angustia a la esperanza».

Así lo ha asegurado durante la presentación de la campaña La Vida Misma, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que pretende romper estereotipos y mostrar que las personas sin hogar o en situación de vulnerabilidad tienen una vida similar a la de cualquier otro ciudadano corriente.

Como parte de la campaña, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha construido una casa de cartón que se expondrá en distintos centros y hospitales de la orden. En su interior, el visitante podrá conocer la vida cotidiana de una persona sin hogar, de un trabajador pobre, de una familia en situación de pobreza severa y de un matrimonio de ancianos víctima de la pobreza energética.

Cada historia representa a cada uno de los colectivos sobre los que la congregación quiere hacer reflexionar. Y es que en España existen 40.000 personas en situación de calle; un 30 % de las personas en situación de pobreza tiene un trabajo; casi 3 millones de personas viven en pobreza severa; y otros 5 millones sufren de pobreza energética.

Ante este realidad, la campaña quiere invitar a la ciudadanía a comprometerse con pequeños gestos a favor de las personas sin hogar y en situación de vulnerabilidad.