23 nuevos guardias suizos juran proteger al Papa con su vida
Francisco les pidió que reflejen el amor de Dios en cada aspecto de su servicio
Cada 6 de mayo el Vaticano se reviste de gala para celebrar una de las ceremonias más vetustas y peculiares de las que se dan entre sus muros. Se trata del juramento de los nuevos reclutas de la Guardia Suiza. Este año se han incorporado a este ejército 23 nuevos reclutas que han jurado servir al Pontífice con todas sus fuerzas «sacrificando, si fuera necesario, hasta la vida en su defensa». Los soldados juran sobre la bandera del Cuerpo Pontificio de la Guardia Suiza y en presencia de un representante del Papa que ha sido Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado. Los guardias visten la Gran Gala, el uniforme con armadura que visten en las celebraciones más solemnes como la bendición urbi et orbi.
El ejército más antiguo del mundo
La ceremonia se desarrolló en el patio de San Dámaso del Palacio Apostólico y en ella también estuvo presente una delegación de la Confederación Suiza, encabezada por la vicepresidenta, Viola Amherd, así como un representante de la Conferencia Episcopal Suiza, el obispo de Basilea, Felix Gmür.
Cada año, los nuevos reclutas prestan juramento en el aniversario del saqueo de Roma, cuando 189 guardias suizos defendieron al papa Clemente VII contra el ejército de Carlos V. La Guardia Suiza es el ejército más antiguo del mundo. Fue fundado por el Papa Julio II el 22 de enero de 1506 y es el cuerpo encargado de proteger al Papa y su residencia. Sus miembros tienen la tarea de controlar el acceso al Vaticano y al Palacio Apostólico, garantizar el orden durante las ceremonias papales y las recepciones de estado y proteger al Colegio cardenalicio durante la sede vacante. El Cuerpo incluye guardias de todas las regiones lingüísticas de Suiza.
«Con vuestra actividad, dais testimonio de fidelidad al Sucesor de Pedro»
Como es tradición también, por la mañana fueron recibidos, junto con sus familias, por el Papa Francisco. En su discurso, dio las gracias a la Guardia Suiza por su disponibilidad y compromiso: «Con vuestra actividad, dais testimonio de fidelidad al Sucesor de Pedro».
Francisco les explicó que su misión en el Vaticano forma parte del itinerario de fe de sus vidas y que, por ello, están llamados a dar testimonio de esta fe en aquellos lugares donde prestan su servicio. «Que cada situación y que cada encuentro pueda representar una oportunidad para poner en práctica el Evangelio de Cristo, para aprender del Señor y para vivir el amor fraterno en su nombre y con su Espíritu», les dijo el Pontífice.