Vanessa García: «Lo importante es retener el talento que tenemos» - Alfa y Omega

Vanessa García: «Lo importante es retener el talento que tenemos»

Rodrigo Moreno Quicios
Vanessa García
Foto cedida por Vanessa García.

Algunas formaciones rechazan sus propuestas para luego apropiárselas, pero esta licenciada en Derecho y procuradora en las Cortes de Castilla y León por Soria ¡Ya! considera que «da igual quién haga las cosas». Apunta que luchar contra la despoblación beneficiaría también a capitales como Madrid.

¿Cómo se puede luchar contra la despoblación desde las instituciones?
El partido político al que pertenezco, Soria ¡Ya!, comenzó siendo una plataforma ciudadana. Nos reuníamos con políticos de todos los niveles, desde un alcalde a un ministro, y a todos les parecía bien lo que les decíamos, nos daban una palmadita en la espalda y nos decían: «Ya lo estudiaremos». Vimos la necesidad de desarrollar otra política, por eso estamos en las Cortes de Castilla y León con tres diputados autonómicos. Ahí se puede influir y cambiar las cosas. Todos los días se escucha hablar de Soria en las Cortes y nos han aprobado directamente bastantes iniciativas. Y, si no las aprueban, el resto de partidos las copian y después las proponen ellos.

Eso sucede mucho, ¿verdad?
Desde el principio hemos dicho que nos da igual quién haga las cosas. El caso es que se hagan, porque nos van a beneficiar a todos. Se puede influir en la política incluso siendo una persona. Ahí tenemos el ejemplo de Tomás Guitarte, que en el Congreso de los Diputados luchaba con Teruel Existe por los problemas de su provincia y de todas las de la España vaciada.

De hecho, trataron de ir junto ellos a Europa en la coalición Existe.
De forma individual era imposible conseguir un eurodiputado. Yo iba por Soria en el número 4 de las listas. Cada uno iba con sus propios fines, pero a todos nos unía el bien común y luchar contra la despoblación. En Europa se deciden muchas cosas y era muy importante estar ahí. Al menos lo intentamos. Nos juntamos con mucha gente responsable que luchaba por todos los ciudadanos, independientemente de donde hayan nacido. Ahora son amigos.

También concurrían con Por un Mundo Más Justo, uno de los impulsores de la ILP para regularizar a medio millón de migrantes. ¿La apoyan?
En Soria no hay paro, pero tampoco gente. Necesitamos a toda esa población migrante que viene a trabajar con ganas. En mi caso, soy abogada de protección internacional y estoy concienciada.

¿Cuáles son sus principales reivindicaciones para el mundo rural?
La sanidad es muy importante: que se retomen los consultorios rurales que con la COVID-19 se cerraron y no se volvieron a abrir. Faltan especialistas, médicos y enfermeros. También la educación en ciudades pequeñas sería un gran impulso al añadir más titulaciones universitarias y de formación profesional y que los jóvenes no tengan que marcharse. Se habla mucho de atracción del talento, pero lo importante es retener el que tenemos. Y en todos estos territorios habría que impulsar a las empresas con facilidades como las ayudas al funcionamiento que Europa aprobó para Soria, Cuenca y Teruel.

¿Se corre el riesgo de que se vacíen más los pueblos al invertir en ciudades?
Al final las inversiones se dirigen donde hay votos y, siendo realistas, no todas las poblaciones pueden tener una escuela y un cuartel de la Guardia Civil. Pero sí pedimos que en las cabeceras de comarca se den estos servicios mínimos. El problema de la España vaciada es un problema que también tiene Madrid: está superpoblada y mucha gente quiere vivir en un sitio más pequeño y en contacto con la naturaleza.

En su currículum pone que ha sido catequista. ¿Cómo vive ahora la fe?
De los 3 a los 18 años fui al colegio Sagrado Corazones que tienen en Soria las Hijas de la Caridad. Todos los días veía religiosas, teníamos la Eucaristía e íbamos a campamentos cristianos. Cuando me fui a estudiar a Valladolid con 18 años, seguí vinculada al colegio e iba a los ejercicios espirituales. Y ahora lo que hago es estar en la parroquia de mi pueblo para todo lo que haga falta.