Valencia dona parte de sus bienes a Cáritas - Alfa y Omega

Valencia dona parte de sus bienes a Cáritas

La entidad caritativa ha recibido ya 240.000 euros de la Fundación Pauperibus

José Calderero de Aldecoa
Las primeras donaciones a la fundación proceden del cardenal Cañizares. Foto: AVAN / Pilar Aguado

Por impulso del cardenal Cañizares, la archidiócesis de Valencia ha puesto en marcha varias iniciativas para los más desfavorecidos en los últimos meses. Primero fue la Comisión para el Empleo, lanzada antes del verano, que trata de facilitar el acceso al mercado de trabajo a quienes están sin él. «Esto sería como tratar de solucionar el problema de raíz», explica Vicente Fontestad, vicario general de la archidiócesis de Valencia. Y ahora la Iglesia levantina ha lanzado la Fundación Pauperibus para destinar bienes patrimoniales de la diócesis a la atención de los vulnerables. El arzobispo anunció la nueva entidad en su mensaje de Navidad y la semana pasada comenzó a operar, después de la redacción de los estatutos y de la formación de su patronato, con la entrega de 240.000 euros a Cáritas.

Además de esta suma, la fundación ha recibido una primera donación privada del cardenal de varios objetos religiosos para su posterior venta, con la idea de lograr una cantidad de dinero aún mayor. «Lo primero que ha hecho don Antonio ha sido predicar con el ejemplo. Ha entregado cosas suyas –de su propiedad, no de la diócesis–, para que puedan ser vendidas». Por ejemplo, el cardenal Cañizares ha entregado «varios pectorales, un cuadro o una imagen del padre Jofré –el religioso valenciano que montó el primer hospital psiquiátrico del mundo–. Y también dinero», señala Fontestad, quien forma parte del patronato de la fundación.

Pero «no se trata de quedar bien», advierte el vicario. El arzobispo de Valencia siempre ha estado muy preocupado por quienes pasan necesidad y ahora, con la pandemia, mucho más. «Nos está insistiendo constantemente, una y otra vez, en que una parte muy importante de nuestro presupuesto debe ir destinado a los últimos». El dinero y los bienes «no son para acumularlos, sino para ponerlos a disposición del culto, el apostolado, el sostenimiento de los sacerdotes y la caridad. Solo queremos el dinero para estas cuatro cosas».

En concreto, estos primeros 240.000 euros irán destinados a la adquisición de alimentos, y a ayudas para pagar el alquiler o la factura de la luz, compra de medicinas… «No se trata de desarrollar grandes proyectos con el dinero, o pagar los gastos estructurales de Cáritas, sino de financiar las cosas más básicas, lo más urgente», detalla el sacerdote.

La idea es que toda esta ayuda se tramite a través de Cáritas Diocesana de Valencia; de hecho, el director de la organización caritativa de la Iglesia forma parte también del patronato de la Fundación Pauperibus. Sin embargo, «no está cerrada la posibilidad de ayudar a otras instituciones que tienen estos mismos fines», confirma Fontestad. Al final, la condición es «que todo el dinero sea utilizado para ayudar a los más pobres, es decir que sea pauperibus». En este sentido, «Cáritas tiene que dar cuenta de a dónde ha destinado el dinero, a cuántas personas en concreto se ha ayudado y en qué conceptos».

Cáritas empleará el dinero de la fundación en la atención directa a personas. Foto: Cáritas Diocesana de Valencia

Patrimonio y donativos

Para atender todas estas necesidades, la Fundación Pauperibus cuenta con dos vías de financiación: la venta del patrimonio y las donaciones de particulares. Para el primer caso, la entidad cuenta con un grupo asesor de expertos de diferentes ámbitos –jurídico, patrimonial, artístico…– «que son quienes determinan los bienes de los que se disponen, cuáles de ellos se pueden vender o cuáles gozan de algún tipo de protección, aunque la última decisión siempre la toma el patronato». Por ejemplo, «acabamos de vender un garaje y se han puesto en alquiler unos locales cuyas rentas nutrirán mensualmente a la fundación para cumplir sus objetivos», señala el vicario general. Aunque hay que tener en cuenta que «hay mucho patrimonio artístico, que se encuentra en la catedral o en el museo diocesano, que es intocable» porque son bienes protegidos por la Generalitat o porque son obras destinadas al culto, añade.

La segunda fuente de ingresos son las donaciones particulares, concepto que en la primera remesa de dinero entregada a Cáritas ascendió hasta los 40.000 euros. «La gente ha acogido la iniciativa con mucho entusiasmo. Hay quien ha esperado para cobrar la pensión para entregar una parte a la fundación», asegura el patrono. La forma de hacerlo es a través de la página web donoamiiglesia.es, «en la que se ha habilitado una pestaña específica de la fundación»; también se puede realizar «en persona en el Arzobispado indicando que es para Pauperibus, o a través de la página web de la fundación», que está todavía en construcción.

Al final, «los fieles se está implicando porque ven que estamos poniendo a las personas en el centro», concluye el vicario general de la archidiócesis de Valencia. «Para nosotros, lo primero son las personas, principalmente las que más sufren, los más vulnerables, y luego ya las cosas. Y todo lo que hacemos en la diócesis procuramos que tenga esta misma estructura».

El ejemplo del cardenal Sancha

Uno de las primeras obras de arte vendidas ha sido un cuadro del beato cardenal Ciriaco M.ª Sancha, que ha sido adquirido por la archidiócesis de Toledo a cambio de una aportación a la fundación.

Sancha, que precisamente fue arzobispo de ambas sedes episcopales, ha tenido mucho que ver con el nacimiento de la nueva entidad: «El cardenal es todo un ejemplo por su testimonio de servicio a los más pobres y pionero de la labor social, y por eso es el culpable de esta fundación, ya que vivió pobre y murió paupérrimo», afirmó el cardenal Cañizares en el acto de entrega del lienzo. Por su parte, el arzobispo de Toledo señaló que «los pobres son el gran tesoro de la Iglesia».