El Papa rezará en Mongolia ante una imagen de la Virgen encontrada en la basura
Hay un gran misterio sobre cómo llegó allí y se ha convertido en un gran objeto de devoción para la comunidad católica
El sábado 2 de septiembre, el Papa rezará ante una imagen de la Virgen que llegó a Mongolia en 1977, 15 años antes que los primeros misioneros. Los católicos del país la llaman «Madre celestial» y proviene del vertedero de Darjan, una árida ciudad industrial en la frontera con Rusia. Allí, según ha contado Fides, la encontró una mujer que rebuscaba entre la basura en busca de comida. No sabía quién era la Virgen, pero igualmente conservó la talla porque le pareció bonita y le llamó la atención el cuidado con el que llegó envuelta al vertedero. Sin saberlo, tenía entre sus manos el que sería el mayor icono de devoción en el país.
La imagen de madera, de 62 centímetros, permaneció años en la yurta tradicional de la mujer como uno de los objetos más valiosos de la familia hasta que varias misioneras de la Caridad de santa Teresa de Calcuta (una de las primeras congregaciones en evangelizar el país junto a los salesianos) visitaron la casa y se toparon con ella. Para la familia, era simplemente «la hermosa dama», pero las misioneras le explicaron que en realidad era la Virgen María, madre de Jesús y la mujer más importante para los católicos. Tras escuchar su testimonio, la mujer regaló con generosidad su único tesoro a las religiosas para que pudieran rendirle culto. Como gesto de reconocimiento, esta madre de familia —ahora anciana— será quien reciba al Papa Francisco en la catedral cuando se reúna con obispos, sacerdotes y diversos agentes pastorales del país el próximo sábado.
Tras ser recuperada por las Misioneras de la Caridad para rendirle culto, la «Madre celestial» pasó otros tantos años en una oficina parroquial hasta que fue otro misionero, en este caso el prefecto apostólico Giorgio Marengo (creado cardenal hace apenas un año), quien se preguntó de qué rincón de ese país que aún no conocía a Jesús pudo haber llegado esa estatuilla. Interpretó su hallazgo como un mensaje de Dios y buscó a la mujer pobre que la encontró.
Tras conocer en profundidad los remotos orígenes de la talla, el 25 de marzo de 2022, fiesta de la Anunciación, el prefecto apostólico mandó trasladar definitivamente la estatuilla a Ulán Bator. Seis meses después, en la solemnidad de la Inmaculada Concepción, fue entronizada. Marengo hizo entonces una petición a su comunidad: que cada persona enviara un trozo de tela con algún significado sentimental para ellos. Los 1.500 católicos le enviaron entonces retales de trajes de novia o de ropa de bebé. Con todos ellos se tejió un colorido manto que cubre ahora a esta Virgen que vela por todos los mongoles.