Una Nochebuena en el museo - Alfa y Omega

Una Nochebuena en el museo

El Museo del Prado abre sus puertas en Nochebuena a más de 200 personas sin techo en la cena que les ha preparado Mensajeros de la Paz con un menú de Martín Berasategui. Es una de las múltiples cenas y comidas solidarias que podrán compartir los más desfavorecidos durante estos días, en las que participan también niños y familias

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Martín Berasategui presenta junto al padre Ángel su menú de Nochebuena para las personas sin hogar de San Antón
Martín Berasategui presenta junto al padre Ángel su menú de Nochebuena para las personas sin hogar de San Antón. Foto: EFE / Fernando Villar.

«Se me pone la carne de gallina ante la oportunidad de ser el cocinero del menú de Nochebuena para los sintecho», dice el chef Martín Berasategui, que en la noche del día 24 ofrecerá la cena a 200 personas sin hogar invitadas por el padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, un evento que este año tendrá lugar en un entorno muy especial: el Museo del Prado.

Berasategui, que dice conservar «la sensibilidad por los que sufren en la que me educaron mis mayores», ha elaborado un menú consistente en una crema verde con cabeza de jabalí, codillo de cerdo con crema de coliflor y su jugo, y una crema de chocolate y vainilla, servidos gracias al grupo Tello y el catering Lecaser. Labores como esta «me hacen superfeliz, y lo haré con la misma profesionalidad de siempre», dice el chef, que se define como «un transportista de felicidad».

«Vamos a intentar que puedan venir a cenar todos aquellos que suelen venir por el comedor o por la iglesia», explica Juan Carlos Murgui, coordinador de San Antón. Para todos ellos, el Museo del Prado ha ofrecido una de sus mejores salas, el antiguo claustro de los jerónimos.

«Tenemos confirmada la presencia de la alcaldesa y estamos envolviendo ya todos los regalos que vamos a repartir», confirma Murgui, que adelanta que todas las personas de la calle «están esperando ese día como agua de mayo, y se van a sentir muy importantes y queridos: esa es nuestra intención. No todo el mundo puede decir que ha pasado la Nochebuena cenando en el Museo del Prado».

Navidad con «nuestros amigos»

La misma Nochebuena, Cáritas Universitaria organiza su iniciativa Nadie sin cenar, en la que dará de cenar a las personas sin hogar del centro de Madrid. Y al día siguiente, la comunidad de Sant’Egidio ofrecerá la comida a más de 1.000 sintecho, niños de las Escuelas de la Paz de la comunidad, refugiados y familias: «Como todo el mundo, nosotros comemos con nuestra familia, que son nuestros amigos de la calle», dice Tíscar Espigares, de la Comunidad de Sant’Egidio de Madrid, que organiza el día de Navidad una comida en cuatro lugares: la iglesia de Maravillas, la del Cristo de Medinaceli, la de San Roberto Belarmino, y el colegio La Salle.

Primero se celebrará la Eucaristía en la iglesia de Maravillas a las 12:00 horas, presidida por Javier Cuevas, vicario de Acción Caritativa, y luego cada cual irá al comedor que tiene asignado. «Lo vamos a poner todo muy bonito, con manteles de lujo, adornos. Ya tenemos 600 voluntarios trabajando en que todo esté listo para ese día. Hay familias enteras trabajando con mucha ilusión, abuelos y niños también vendrán. Será una fiesta», explica la responsable de Sant’Egidio. Una fiesta en la que habrá un regalo para cada invitado: mantas, forros polares, sacos de dormir, abrigos… «Queremos algo muy cuidado, y que la gente viva una Navidad auténtica, con su sentido religioso también».

La comida tiene lugar en tres templos, «porque acogemos al Señor en la figura de los pobres y lo hacemos la casa más bonita que tenemos para Él, que es el templo», dice Tíscar Espigares. La intención es «que nadie una en estas fechas la palabra pobreza con la palabra soledad, porque la soledad es algo que pesa mucho, y en Navidad más todavía. Queremos resaltar la belleza de esta fiesta en la que la familia humana se recompone, en la que nadie está solo. Y en estas fechas en las que todos nos quieren vender regalos exclusivos, organizamos una fiesta inclusiva, para todos».

Una imagen de Te invito a cenar en su edición del año pasado. Foto: Te invito a cenar

Una gala en toda regla

Poco antes, el domingo 23 de diciembre tuvo lugar en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid una nueva edición de Te invito a cenar, una gala de Navidad para más de 1.000 personas en exclusión social organizada por la Compañía de las Obras.

Era el sexto año consecutivo en el que varios chefs de primer nivel ofrecen su talento y su generosidad a personas sin hogar, familias en situación de pobreza, inmigrantes sin trabajo, drogodependientes, refugiados, menores acogidos y jóvenes con dificultades, todo ellos relacionados con diferentes entidades sociales. La organización presentó este evento como «una oportunidad de deleitarse con más de quince platos del cóctel de bienvenida y tres platos con los que genios de la cocina quieren sorprender y mostrar su afecto a los comensales», en una noche en la que también hubo música en directo, concursos y regalos para los más pequeños.

Detalles de cariño

Las protagonistas de las cerca de 30 cenas que ha organizado el colegio Tajamar de Vallecas han sido las familias del colegio: padres e hijos van a servir a cerca de 3.000 usuarios de diferentes asociaciones y entidades sociales. «Hay una parte de las iniciativas que ofrece el colegio, y diez o doce familias se encargan en cada una de ellas de organizar todos los detalles y de servir la mesa. Hacen mil cosas, desde decorar la sala, doblar las servilletas, poner los platos, cantar villancicos…, lo que sea. Se trata de reservar un día de esta Navidad y ponerte al servicio de los demás», afirma Nacho San Román, director del colegio.

Residencias, parroquias o comedores sociales son algunos de los escenarios en los que van a dar lo mejor de sí mismas todas estas familias. «En muchos de estos sitios nos piden por favor que vuelvan los niños, como en años anteriores. Padres e hijos van a cada sitio unas horas antes y se preparan para poner todos los detalles de cariño, porque el cariño y el amor se muestran en los pequeños detalles».