Una Navidad amazónica
Estamos en plena preparación para el Sínodo de la Amazonía de 2019 y por ello hemos querido dar un tinte amazónico a nuestro belén. Está instalado junto a las instalaciones de Radio Puyo, donde se puede apreciar la belleza de nuestra amazonia y su gran biodiversidad. No faltan las plantas vivas de diferentes especies vegetal, el agua en forma de río y cascada, los pájaros, el triguillo… todo un paisaje amazónico que cautiva la mirada de cuantos pasan por la calle.
Además, el belén, nos manda un mensaje claro: Para que sepamos cuidar la casa común de nuestra tierra, hemos de aprender la lección de amor y humildad que nos da Dios, despojándose de su rango divino, descendiendo a la tierra y asumiendo nuestra naturaleza humana. Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo a la tierra para salvar nuestro mundo herido por el pecado y así cumplir su promesa.
Debemos dar gracias. Han sido días de un trabajo agotador montando belenes y ambientando la casa de la misión, el claustro y tantas superficies a nuestro alrededor.
Venir al mundo para salvarlo
Posteriormente, llegó la hora de la celebración de la nochebuena con el pueblo. El templo de la catedral se quedó pequeño para acoger a muchísima gente que no encontraba, como san José, lugar en Belén. ¡No cabía un alfiler!
En el centro del presbiterio se levanta una gran pintura. En ella quisimos representar el origen del proyecto divino para celebrar el misterio de la encarnación. Podemos contemplar al Padre Dios que tiene en sus manos la bola del mundo. La esfera es contemplada por el Niño Dios y por María, que están pensando la manera de salvar este mundo herido. A su lado, una frase: «Dios envió a su Hijo para salvar el mundo». Este es el proyecto divino que en Navidad celebramos, con una lección para aprender y un motivo para agradecer.
Navidad misionera
Que Dios nos conceda ser los mensajeros de la buena noticia como lo anunciaron los ángeles a los pastores: «alegraos y no temáis porque os ha nacido el Salvador».
Debemos salir a anunciar con espíritu misionero y ser una Iglesia en salida. También debemos pedir y llevar el regalo de la paz, del amor y de la alegría. Ese es el deseo de Navidad, esos son los regalos que le gustan al Señor. Él es el protagonista de la Navidad, no lo olvidemos.
No nos queda más que desear a todos una feliz Navidad, con las actitudes de contemplar para aprender, aprender para vivir y vivir para amar.
Que el Niños Dios bendiga a nuestras familias.