Una máquina mejor «para seguir viviendo del trabajo de nuestras manos»
Las religiosas del monasterio de Santa María de la Caridad de Tulebras elaboran productos derivados de la miel y ahora piden ayuda para ampliar su producción
Ampliar el taller de miel y una máquina para su envasado. Es lo que necesitan las religiosas del monasterio de Santa María de la Caridad de Tulebras, en Navarra. Y todo ello cuesta 45.000 euros. «Por eso, si se nos puede echar una mano para este gasto extraordinario, porque es extraordinario, estaríamos muy agradecidas. Pagaremos con oraciones», bromea sor Pilar, la madre abadesa. Para ello, la Fundación DeClausura ha habilitado una recaudación online para ayudarlas.
No pretenden otra cosa que «seguir viviendo del trabajo de nuestras manos», como explica la religiosa a Alfa y Omega. Y ese trabajo, en los últimos años, ha aumentado gracias a la demanda que han tenido sus productos, de gran calidad, y que se están vendiendo muy bien. Sobre todo, la miel y otros productos derivados como las cremas a base de miel, propóleo y cera.
Las religiosas llevan más de 40 años dedicadas a la miel. Al principio, la producción era solo para la comunidad, pero después empezaron a comercializarla y con éxito.
«Tenemos demanda. Vendemos en la tienda del monasterio, a través de nuestra tienda online, con DeClausura y con Contemplare que son una gran ayuda. Nos han pedido de otros lugares, pero, en este momento, no podemos responder. El espacio que tenemos es pequeño. Trabajamos apretadas y lo hacemos todo manualmente, con lo cual nos lleva mucho tiempo», detalla la abadesa. En esa sala solo pueden trabajar dos hermanas a la vez lo que ralentiza mucho todo el proceso y les limita para atender pedidos grandes.
El monasterio de Santa María de la Caridad de Tulebras se fundó a mediados del siglo XII y es el primer monasterio femenino de la Orden Cisterciense en España. Desde entonces, la vida religiosa no se ha interrumpido. Hoy en día, la comunidad está formada por 16 religiosas cistercienses de la estricta observancia que ponen en práctica el ora et labora de san Benito. Sin embargo, el labora últimamente les está llevando mucho tiempo y, por eso, también necesitan la nueva maquinaria para el llenado y cierre de los botes de sus productos de forma automatizada, rápida, limpia y precisa. «Así podremos vivir la vida contemplativa de una forma más serena porque nos acapara demasiado tiempo», resume sor Pilar.
También podrán cuidar mejor de las hermanas mayores, especialmente, de las dos que son totalmente dependientes. Para ello cuentan con la ayuda de una profesional a la que pagan su sueldo. Otro coste más que afrontar que se suma al mantenimiento de la comunidad y de un monasterio vetusto en el que, en cualquier momento, puede haber un imprevisto.
«Necesitamos un poco más de sosiego», concluye la madre abadesa.