Una historia de amor vertiginosa - Alfa y Omega

El primer impacto que produce Dilexi te es la conciencia de que el encuentro con Cristo cambia nuestra mirada sobre el mundo de arriba a abajo y nos hace vibrar frente a la vida de cada hombre y mujer, frente a su deseo de felicidad y de justicia, porque cada uno ha valido nada menos que la encarnación del Hijo de Dios. Desde la enseñanza de los grandes padres como san Juan Crisóstomo y san Agustín, pasando por los hospitales de los monasterios medievales, la epopeya de san Juan de Dios y la Orden Hospitalaria, la revolución educativa de san José de Calasanz, san Vicente de Paúl y sus conferencias, la madre Cabrini y el cuidado de los migrantes… hasta llegar a santa Teresa de Calcuta, León XIV ha pintado un impresionante fresco de colores vivos que muestra una caridad en obra, capaz de reinventarse para responder a las necesidades que han ido surgiendo.         

No es en la Teología de la Liberación, sino en los grandes padres de la Iglesia donde encontramos la formulación de que «los pobres son el tesoro de la Iglesia». Además de la clave patrística y del recorrido vertiginoso por la historia de la caridad en obra, León XIV se hace eco de la rica doctrina social de la Iglesia desplegada en el último siglo y no elude la dimensión política del drama de la pobreza, pero su flecha apunta más allá, al corazón de la existencia cristiana. «El amor cristiano supera cualquier barrera», dice el Papa. «Acerca a los lejanos, reúne a los extraños, familiariza a los enemigos, atraviesa abismos humanamente insuperables… hace milagros, no tiene límites: es para lo imposible». No es un piadoso deseo, son los hechos de una historia. Podemos pensar que ninguno de nosotros dispone de la energía para realizar estas obras. Efectivamente, es Él quien la da, como reza el título de la exhortación.