Una estrella Michelin por Navidad

En la tarde del domingo 19 de diciembre, cientos de viviendas entre Madrid y Málaga recibieron una visita muy especial. La de los voluntarios de Te invito a cenar, la iniciativa de la Compañía de las Obras, vinculada a Comunión y Liberación, que hace posible que un menú elaborado por 40 grandes chefs llegue a la mesa de 1.300 personas sin recursos. También se entrega una cesta con alimentos básicos y, en los hogares donde hay niños, juguetes. En torno a las 20:30 horas tocaron el timbre de la Casa de San Antonio, en Fuenlabrada (Madrid), donde se cobijan del sinhogarismo seis hombres de nacionalidades diversas –española, haitiana, marroquí, nigeriana…– y que coordina Kane Karamoko, un joven costamarfileño que otrora fue beneficiario.

Fue una noche de alegría, como lo van a ser la de Nochebuena o el fin de año. Pusieron juntos la mesa, colocaron la comida y antes de hincar el diente al menú se sinceraron unos con otros. «Se trata de decir las cosas que nos molestan y de pedir perdón. Queremos celebrar la Navidad y empezar el nuevo año sin rencor», explica a Alfa y Omega Karamoko. A sus 35 años, es un espejo para los demás, sobre todo para aquellos que han tenido que pasar por procesos migratorios traumáticos. Hay un chico que llegó a España debajo de un vehículo y ahora necesita ayuda psicológica, otro que fue maltratado por su padre… «Las situaciones son diversas. Intentamos sacar la conclusión adecuada para cada uno. Esto no es el fin del mundo, es un camino para relanzar su futuro», añade. Lo ha vivido en sus propias carnes.

Antes de convertirse en coordinador de la casa y trabajar como mediador de la comunidad subsahariana en la Asociación San Ricardo Pampuri, viajó desde Costa de Marfil hasta Nador (Marruecos) para intentar cruzar en patera a Málaga. Lo consiguió, no sin sufrimiento. A la dureza del camino hubo de añadir el engaño de personas sin escrúpulos que se quedaron con su dinero y lo obligaron a mendigar en Marruecos.

Por eso valora mucho y le hace especial ilusión que «gente que no conoces de nada te traiga comida preparada por cocineros con estrella Michelin». «Es algo extraordinario. En la casa disfrutamos muchísimo», añade.

Por cosas como esta, Karamoko quiere llevar el proyecto de la Casa de San Antonio a Costa de Marfil. Con dos objetivos. Para acoger a gente, pero también para mostrar a los jóvenes africanos que la realidad en Europa «no es tan fácil» y que pueden estar mejor en su país. «No todos han tenido la misma oportunidad que yo y están en la calle», afirma el joven, que ya ha conseguido el permiso de residencia y está estudiando la ESO.

Al igual que la Compañía de las Obras con Te invito a cenar, muchas entidades de Iglesia se esfuerzan estos días para que los más necesitados tengan, al menos, un momento especial en Navidad. Es el caso de la Comunidad de Sant’Egidio, que este año acercará a las personas sin hogar un menú especial –ragú de ternera, dulces navideños, bebida, pan y fruta– y un regalo. Además, la iglesia de Nuestra Señora de Maravillas de Madrid acogerá una comida en formato clásico, que será reducida por la pandemia. Al igual que el año pasado, también se llevarán los menús a las casas de personas que lo están pasando mal a nivel económico. «Hay un nuevo rostro de la pobreza. Personas que tienen casa, pero que se han quedado sin trabajo y que no llegan a fin de mes», explica Tíscar Espigares, responsable de la Comunidad de Sant’Egidio en Madrid.

También en la capital de España, la ONG Mensajeros de la Paz, que lidera del padre Ángel, ha organizado su tradicional cena de Nochebuena en el Real Casino, un acto al que acudirán el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, y el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida. En esta ocasión, el menú correrá a cargo del chef Paco Roncero.

En Barcelona, en la iglesia de Santa Anna también habrá celebraciones especiales por Navidad. Según explica a este semanario el rector del templo, Peio Sánchez, el día 24 de diciembre se llevará acabo un belén viviente con personas sin hogar, luego se ofrecerá una cena y se concluiría el día con la Eucaristía. Un guion que se repetirá al día siguiente, pero en orden inverso. También habrá actos en la víspera del año nuevo, con cena y celebraciones, y en la solemnidad de la Epifanía del Señor.