Hace unos años, en una convivencia de jóvenes, un chaval intentó justificar ante su catequista sus ataques a Dios porque, decía, había leído la Biblia dos veces y no le convencía. «Si no la leen los jóvenes católicos, este menos… Y menos dos veces», se dijo el catequista. Le bastó preguntar quién era Habacuc para desmontar el postureo del chaval. Aunque la conversación fue por otros derroteros, el problema de fondo seguía allí: la Biblia es para muchos católicos, jóvenes y no jóvenes, una mera referencia cultural que desconocen (o peor, que conocen de oídas), que no comprenden y que no han leído. No digamos ya los no creyentes.
Entre los motivos de ese desconocimiento está la multiplicidad de ediciones que existen y lo farragosa que resulta su lectura para un lector no iniciado: ¿Qué traducción es la buena? ¿Qué significa tal cosa dos milenios después? Etcétera. Ahora, la BAC y Verbo Divino publican La Biblia joven, una edición imprescindible (y no es el típico adjetivo), con la versión del texto sagrado aprobada por la Conferencia Episcopal (la que se lee en Misa y en la Liturgia de las Horas); más de 750 comentarios breves, de lenguaje directo y cercano que resultan útiles y clarificadores; y un cuaderno de 230 páginas con mapas, esquemas, explicaciones históricas, preguntas frecuentes, índices temáticos y comentarios. Y aunque es una herramienta estupenda para catequistas, profesores y padres, no es solo para jóvenes. ¿O es que usted sabe quién era Habacuc?
Varios Autores
BAC y Verbo Divino
2017
1592
22 €