Una afgana vence la primera medalla en la historia del equipo paralímpico de refugiados

En 2021, Zakia Khudadadi, nacida en Herat, se iba a convertir en la primera atleta que competiría por Afganistán en unos Juegos Paralímpicos. Sería además la segunda mujer que representaría a su país en una cita olímpica.

Su disciplina es el taekwondo y compite como paralímpica porque nació sin un brazo. Sin embargo, en ese verano en el que iba a cumplir su sueño, los talibanes se hicieron en tiempo récord con el poder en el país. Zakia tenía que huir de Afganistán. Ya había recibido amenazas de muerte por ser mujer y deportista.

La joven estuvo incluida en la lista de evacuados que manejaban las autoridades españolas, aunque, finalmente salió de Kabul gracias al contingente australiano. Pudo escapar solo una semana antes de comenzar los Juegos Paralímpicos de Tokio. La participación de Zakia en estas olimpiadas ya había sido descartada, pues el Comité Paralímpico no creía que pudiera salir a tiempo de Afganistán. La deportista escribió entonces una carta pública en la que suplicaba participar en Tokio 2020 para que todos sus esfuerzos no cayeran en saco roto. Finalmente, pudo competir. Pese a que fue eliminada en la primera ronda de la competición, su participación fue muy significativa pues envió un potente mensaje de esperanza a todas las mujeres afganas.

Zakia ha regresado a las olimpiadas, esta vez, como la única mujer del equipo paralímpico de refugiados. Ha competido en su categoría de 47 kilos y ha ganado la primera medalla para este equipo, un bronce.

Tras su triunfo ha querido enviar un mensaje a otros refugiados del mundo: «Nunca perdáis la esperanza».

La joven ha explicado que quiere seguir practicando taekwondo en Francia, donde vive como refugiada. Asegura que quiere ganar otros títulos para dedicárselos a las mujeres afganas a las que hoy en día los talibanes, entre otras muchas cosas, prohíben también practicar deporte.