Un total de 13 misioneros fueron asesinados en 2024 - Alfa y Omega

Un total de 13 misioneros fueron asesinados en 2024

Entre los fallecidos se encuentra el fraile franciscano asesinado en el monasterio de Gilet (Valencia) el 9 de noviembre

José Calderero de Aldecoa
Una multitud porta el féretro de Marcelo Pérez durante su entierro
Una multitud porta el féretro de Marcelo Pérez durante su entierro. Foto: OSV / Gabriela Sanabria, Reuters.

Un total de 13 misioneros han sido asesinados en el mundo en 2024, según el informe anual publicado este lunes por la Agencia Fides, perteneciente a las Obras Misionales Pontificias. Ocho de los muertos son sacerdotes y cinco laicos.

El continente más afectado ha sido África, donde fueron asesinados seis misioneros, seguido de América Latina, donde murieron de forma violenta cinco de ellos. La lista la completan el español Juan Antonio Llorente, fraile franciscano asesinado en el monasterio de Gilet (Valencia), y otro misionero atacado en Polonia.

«Como muestran los datos verificados sobre sus biografías y las circunstancias de sus muertes, los misioneros y agentes de pastoral asesinados no estaban en el centro de atención por obras o compromisos llamativos, sino que trabajaban para dar testimonio de su fe en la vida cotidiana, no solo en contextos marcados por la violencia», explica Fides.

Ese es el caso de Juan Antonio Llorente, fraile franciscano de la Inmaculada Concepción, quien perdió la vida después de que el 9 de noviembre un hombre armado con un palo y una botella de cristal entrase en el monasterio y comenzase a golpear a los que encontró a su paso. «Varios de los franciscanos resultaron heridos y fueron trasladados al hospital de Valencia. Tras dos días de tratamiento, el padre Juan, de 76 años, murió debido a los graves golpes recibidos en la cabeza», se explica en el documento.

Vínculo entre autoridades y crimen organizado

Otro de los asesinados es Juan Antonio López, de 46 años, casado y padre de dos hijas. Fue acribillado a balazos el 14 de septiembre mientras se encontraba en su coche tras participar en una celebración eucarística en la colonia Fabio Ochoa, en el municipio hondureño de Tocoa.

López, coordinador de la pastoral social de la diócesis de Trujillo, miembro fundador de la pastoral ecológica integral de Honduras y concejal de Tocoa, era reconocido por su firme compromiso con la justicia social. El crimen ocurrió pocas horas después de que, en una rueda de prensa, Juan Antonio y otros líderes comunitarios denunciaran presuntos vínculos entre miembros de la administración municipal de Tocoa y el crimen organizado.

Por su parte, el sacerdote mexicano Marcelo Pérez Pérez, sacerdote indígena y párroco del barrio Cuxtitali, en San Cristóbal de las Casas, fue asesinado el 20 de octubre cuando regresaba de celebrar Misa. Dos sicarios en moto le balearon por alzar la voz contra el crimen organizado y sus vínculos con el poder político en Chiapas.

Tras el asesinato de Pérez, la conferencia episcopal del país instó a realizar una investigación «exhaustiva y transparente» para esclarecer el crimen. Pidió asimismo que se implementaran «medidas efectivas» para garantizar la seguridad de los sacerdotes y agentes de pastoral» y reclamó que se redoblaran «los esfuerzos para combatir la violencia y la impunidad que afligen al país en general».