Un santuario de Fátima en Rusia para rezar junto a los ortodoxos
El sacerdote vallisoletano Alejandro Burgos impulsa la construcción del primer santuario de Fátima en Rusia. «La Virgen habló bastante de Rusia, y después de las apariciones los católicos hemos rezado muchos años por su conversión. La continuidad lógica de todo esto es edificar un templo en el país»
En el mensaje de Fátima, la Virgen pidió expresamente la conversión de Rusia para evitar que esparciera sus errores por el mundo, la guerra y la persecución de la Iglesia. Son muchos los ortodoxos que, detrás de estas palabras, han visto una petición de María por el triunfo del catolicismo en Rusia, lo que ha derivado en una animadversión manifiesta y que la advocación de Fátima no goce de gran difusión en el antiguo país comunista. Sin embargo, «ni la Virgen ni sor Lucía hicieron esta interpretación», asegura el padre Alejandro Burgos, que lleva 17 años viviendo en el país. «Tan solo hablaron de conversión y yo, personalmente, pienso que esa conversión, en buena parte, si no del todo, ya se ha dado. La Iglesia ortodoxa ha construido 20.000 templos y un país que permite la construcción de 20.000 templos no es un país ateo perseguidor del cristianismo», señala este sacerdote vallisoletano.
En el deshielo de las relaciones entre Fátima y los ortodoxos rusos contribuyó definitivamente el metropolita Hilarión, responsable de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, y mano derecha del patriarca Kiril, que «recientemente ha estado en Fátima rezando y poniendo velas».
Por todo ello, Burgos cree que ha llegado el momento de dar un paso más y ha proyectado la construcción del primer santuario mariano dedicado a la Virgen de Fátima en suelo ruso. «La Virgen de Fátima habló de Rusia bastante. Y después de las apariciones, todos los católicos hemos estado rezando muchos años por su conversión. La continuidad lógica de todo esto es hacerle un templo en Rusia donde se le pueda honrar y darle gracias por su preocupación por el país», asegura en conversación con Alfa y Omega.
El santuario se contruirá en San Petersburgo, «cerca de un lago y un bosque que hay a las afueras de la ciudad». La primera piedra ya ha sido puesta. Tiene forma de plácet no oficial del Vaticano, que llegó durante la reunión en Roma de los obispos de rito oriental celebrada entre el 12 y el 14 de septiembre. «Mi obispo estuvo consultando en la Santa Sede y le dieron el visto bueno. No es que tengamos un documento por escrito, ni nada de eso, pero nos han manifestado la conveniencia de hacerlo».
Ahora el objetivo es conseguir la financiación para levantar el templo, motivo por el que el padre Alejandro ha estado recientemente en España. Se ha reunido con su obispo, el cardenal Blázquez, y con el auxiliar de Valladolid, monseñor Luis Argüello —presidente y secretario general de la Conferencia Episcopal Española respectivamente—, que han visto la posibilidad de aportar dinero, si se cumplen las condiciones, a través del Fondo de Nueva Evangelización de la CEE. El padre Burgos también recibirá ayuda económica del Centro Académico Romano Fundación (CARF), institución que ya financió con una beca sus estudios como seminarista en el Colegio Eclesiástico Bidasoa (Pamplona). Y mientras se consigue el resto del dinero, «pondremos una pequeña iglesia de madera. En ella, comenzaremos a trabajar y luego el santuario se irá construyendo poco a poco, a medida que vaya llegando el dinero», asegura el sacerdote.
En el centro, el icono de Fátima
Cuando el templo definitivo esté levantado, se colocará en un lugar preeminente el icono de la Virgen de Fátima, en cuyo diseño participó el propio sacerdote vallisoletano y que cuenta con ya la devoción de numerosos fieles. Ante él, los obispos de Rusia y Kazajistán renovaron la consagración al Inmaculado Corazón de María el 13 de mayo de 2017; también el arzobispo mayor de Ucrania muestra su devoción regalando siempre una copia a todos sus huéspedes. Además, el icono cuenta con la aprobación de Lucía, la vidente de Fátima: «Durante el proceso de diseño —hace 15 años— lo mandábamos al monasterio de Coimbra y la priora nos iba dando el visto bueno».
En la actualidad, «está expuesto para la devoción de la gente en la iglesia de Pushkin y es muy conocido en toda Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Kazajistán… En su reverso está escrito “En ti, la unidad”. Es un icono ecuménico, para rezar juntos, para querernos, porque no podemos celebrar juntos la Eucaristía, pero sí podemos rezar juntos a la Virgen», concluye el sacerdote Alejandro Burgos.