Sacerdote español en Palestina: «Los musulmanes están muy contentos con los cristianos»
Miguel Pérez, párroco de Nablús, ha explicado su misión en una comunidad mayoritariamente islámica. Alerta de que mensajes radicales a través de las redes sociales están generando rechazo en algunos círculos
Formado en el seminario Redemptoris Mater de Galilea, el murciano Miguel Pérez es ahora el párroco católico de la iglesia de San Justino Mártir, en la ciudad palestina de Nablús. Este miércoles ha ofrecido su testimonio en la Jornada Académica Iglesia en medio del islam. El Evangelio en clave de esperanza, organizada por la Universidad Eclesiástica San Dámaso y Obras Misionales Pontificias.
¿Cómo es la comunidad cristiana de Nablús?
Somos unos 600 cristianos repartidos en parroquias de cuatro confesiones —católica latina, grecocatólica, ortodoxa y anglicana—. Los católicos somos unos 200. Pero la verdad es que hay una colaboración continua, porque somos muy pocos en una región de 300.000 habitantes en la que la mayoría son musulmanes, salvo unos 800 samaritanos.
¿Sigue habiendo samaritanos?
Sí. Étnicamente son hebreos pero no se reconocen como judíos, porque nunca han tenido diáspora. Es un hebraísmo de los más arcaicos. Son la única comunidad hebrea que todavía hace sacrificios animales. Rinden culto en el monte Guerizín.
¿Es buena la relación con la población musulmana?
En general sí. Los cristianos, aunque pocos, tenemos una presencia notable. Por ejemplo, para Navidad y Pascua se cortan las calles de Rafidia, el barrio donde están las cuatro parroquias, para que hagamos una procesión con los scouts y todos los clérigos juntos. Vienen las autoridades civiles y religiosas musulmanas y se va de parroquia en parroquia haciendo un gesto de felicitación. Además las iglesias están abiertas una hora para que quien quiera venga a felicitarnos.
¿Existe un barrio cristiano? ¿No deriva eso en una cierta sensación de gueto?
Para nada. Era un pueblo cristiano de cerca de la ciudad, que al crecer esta se integró en ella. Los cristianos se concentran ahí pero la mayoría de vecinos son musulmanes. Están totalmente mezclados y los musulmanes están muy contentos y orgullosos de esta integración. Dicen que los cristianos son palestinos como ellos y habitantes de Nablús en toda regla, con sus formas de vivir y expresarse. Organizamos encuentros de nuestros jóvenes y los suyos para dialogar sobre temas comunes. En la ciudad existe un ambiente muy favorable a ello.
¿Han vivido alguna experiencia negativa?
Por desgracia se ha colado en Palestina a través de las redes sociales una mentalidad similar a la del Estado Islámico, sin ser propia de esta cultura. Se nota en algunos círculos. Son pequeños gestos como comentarios contra los cristianos dichos por niños o jóvenes al pasar por la Iglesia, o que tiren una botella. Podrían ser cosas normales de críos pero van dirigidas contra los cristianos. Es una señal de alarma de que tenemos que hacer todos los esfuerzos para que se mantenga la convivencia.
¿Se han implicado los líderes musulmanes en este problema?
Todas las autoridades civiles y religiosas estamos muy preocupadas y trabajando sobre esto. Por ejemplo se ha reforzado la seguridad a nivel de la Policía y se organizan encuentros entre musulmanes y cristianos para remarcar esa unidad. Sobre todo en torno a la iglesia del pozo de Jacob, donde Jesús se encontró con la samaritana. Está en un barrio que surgió como campo de refugiados y está muy marcado por el conflicto. La gente que vive ahí sufre muchas miserias desde hace décadas y no hay una cultura local fuerte; por eso es donde este tipo de altercados se están notando más. Pero a la vez los mismos vecinos están visitando continuamente al sacerdote ortodoxo, que lleva allí 45 años. Son situaciones muy delicadas y no es fácil contrarrestar esta mentalidad. Esperemos que siga siendo minoritaria.
Más allá de esta convivencia, ¿se da un diálogo interreligioso más institucional?
Hay una iniciativa en la Universidad Nacional An-Najah con los estudiantes de ley islámica. Participan la diócesis católica y los protestantes y ortodoxos. Se trata de promover el conocimiento del otro tal como el otro se presenta. Vamos a hablar allí, han hecho un centro de estudios religiosos y a veces han organizado conferencias sobre temas como estas agresiones contra iglesias o cuando en Europa se han quemado coranes.
¿Afecta el conflicto con Israel a la comunidad cristiana?
Igual que a cualquier palestino. Nuestros fieles son pacíficos, quieren a su país, su tierra, pero no la guerra. Desde hace tiempo tratan de ayudar a la causa palestina desde su trabajo, fortaleciendo las relaciones sociales. Desde que empezó la guerra de Gaza hay miedo entre ellos pero veo que está surgiendo también una especie de abandono a la voluntad de Dios. No tienen expresiones de querer venganza. Por otra parte están acostumbrados, es su pan de cada día.
Lo que sí está pasando es que los cristianos en general se están marchando. Algunos de Palestina, otros se van al centro de Cisjordania, a la zona de Ramala. Varios matrimonios jóvenes de mi parroquia ahora están allí. Se quieren alejar de los conflictos en esta zona de Nablús y Yenín. Aquí hay muchas incursiones del Ejército israelí para llevarse a los que han participado o son cómplices en los atentados. Además, las carreteras están llenas de controles militares y cualquier movimiento se ha convertido en una aventura. No sabes cuándo vas a poder llegar, si va a estar la carretera abierta o si vas a tener que hacer una cola enorme.
¿Qué tipo de pastoral hace la parroquia?
Es una iglesia activa, con bastantes actividades. Hay grupos de niños y jóvenes hasta los 25 años; otro de señoras, Camino Neocatecumenal, grupo de monaguillos y un pequeño coro. Los fieles de cada parroquia participan en las actividades de las otras. La mayoría de familias son mixtas, diría que todas.
Cuando eso ocurre, las distintas fechas de la Pascua complican vivirla: el esposo latino ya la está celebrando mientras el de rito oriental aún está en Cuaresma.
Por eso, los latinos cambiamos todos los años nuestra Cuaresma y nuestra Pascua para celebrarla juntos en su fecha. Este año, gracias a Dios, coinciden. Al revés, ellos en Navidad hacen las celebraciones sociales el 25 de diciembre, no en la fecha de su calendario.