Informe España 2018: Un país más secular, pero no menos generoso
Desde que se aprobó la Constitución en 1978, el catolicismo ha perdido peso en la vida de los españoles para ser sustituido por una mentalidad más individualista. Pese a todo, 3 de cada 4 españoles siguen reconociéndose católicos
La España de hoy poco se parece a la que votó «sí» a la Constitución un 6 de diciembre de hace 40 años. Así lo refleja Informe España 2018, un profundo estudio presentado por la Universidad Pontificia Comillas esta semana que recoge el cambio de valores y la cultura cívica en España. Unas transformaciones caracterizadas por la pérdida de peso de la religión en la toma de decisiones de los españoles y «el rechazo de constreñimientos externos» en la búsqueda de la felicidad individual.
El documento, coordinado por la Cátedra José María Martín Patino de la Cultura del Encuentro, analiza variables recogidas en 1981, apenas tres años después de la aprobación de la Carta Magna, y estudia su evolución a lo largo del tiempo hasta 2014. A raíz del estudio de estos datos, concluye que España se ha secularizado a pasos agigantados. De la religiosidad hegemónica de comienzos de los 80, cuando el 99 % de los españoles se declaraban católicos, nuestro país ha pasado a un fuerte secularismo. Prueba de ello es que, a comienzos de la década actual, el porcentaje de personas que se autodenominan como católicos había decaído hasta un 73 %.
Paralelos a la secularización de la sociedad española, otros valores han ganado terreno en los últimos 40 años. Según el informe, «los españoles confieren creciente importancia a sus preferencias personales, la autorrealización personal y la búsqueda de la felicidad individual como principios rectores de su comportamiento en sociedad». Una transformación que explicaría «el rechazo a constreñimientos externos» y que, como recalca el documento, «no debe interpretarse como creciente apoyo al egoísmo». De hecho, Informe España 2018 señala «un creciente reconocimiento a los deseos de autorrealización del resto de ciudadanos» que se puede ilustrar con un dato: el número de personas contrarias a la discriminación laboral de mujeres y migrantes han pasado de suponer un 60 % en 1990 a superar el 80 % en 2011.
Aparte del cambio de mentalidad de los españoles, Informe España 2018 también señala los cuatro grandes retos de la sociedad española. A saber: el reto laboral tras la recuperación económica de 2013, el reto demográfico debido a la baja fecundidad de los españoles, el reto territorial por el auge del nacionalismo y la despoblación rural, y el reto ambiental ante el cambio climático.