Parolin en la COP28: «Un mundo contaminado en el alma seguirá descartando personas»
Parolin ha leído el segundo discurso del Papa a la COP28 durante la inauguración del primer pabellón religioso en una cumbre del clima
El cardenal Parolin ha cumplido con la segunda cita pública de Francisco en esta COP28, la inauguración del Pabellón de las Religiones (Faith Pavilion). Es la primera vez que una cumbre del clima alberga un pabellón religioso entre sus instalaciones. A la ceremonia, junto al secretario de Estado vaticano, han asistido el gran imán de Al Azhar y amigo del Papa, Ahmad al Tayyeb, y el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Zayed bin Sultan al Nahyan.
También estaban presentes los miembros del Consejo Musulmán de Ancianos, creado en 2014, de corte moderado y que promueve la paz dentro del islam; y dos españoles, el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, y Miguel Ángel Moratinos, alto representante para la Alianza de las Civilizaciones de las Naciones Unidas.
El pabellón actuará dentro de la COP28 como plataforma global para promover el compromiso religioso y el diálogo interreligioso de cara a la crisis climática. Por eso, el Papa, a través del cardenal Parolin, ha indicado que este espacio «muestra que todo auténtico credo religioso es fuente de encuentro y de acción».
De encuentro, ha proseguido Parolin, porque como miembros de una misma humanidad, «estamos obligados a cuidar la casa común»: «Las religiones, en cuanto conciencias de la humanidad, nos recuerdan que somos criaturas finitas, habitadas por la sed de infinito. Sí, somos mortales, somos limitados, y cuidar la vida también significa oponernos al delirio de omnipotencia voraz que está devastando el planeta».
El Santo Padre ha denunciado que, en parte, la raíz de esta destrucción se haya en el hecho de que el hombre se considere señor del mundo, cuando vive como si Dios no existiera. Así, se deja dominar por la técnica, «se cosifica y se vuelve indiferente». «Incapaz de llorar y de compadecerse, se encierra en sí mismo y, erigiéndose más allá de la moral y de la prudencia, llega a destruir incluso aquello que le permite vivir», ha lamentado Francisco. Por tanto, «el drama climático es también un drama religioso porque su raíz está en la presunción de autosuficiencia de la criatura». Por ello, el Papa ha mostrado su deseo de que este pabellón en la COP sea un espacio para reflexionar sobre la necesidad de trascendencia.
La otra cuestión es la acción. Francisco ha exhortado a actuar en favor del medio ambiente; «pero no basta solo con emplear más recursos económicos; se necesita cambiar el modo de vivir y por eso es preciso educar en estilos de vida sobrios y fraternos», algo que deben hacer las religiones. «Un mundo pobre de contemplación será un mundo contaminado en el alma, que seguirá descartando personas y produciendo desechos; un mundo sin oración dirá muchas palabras, pero, carente de compasión y de lágrimas, vivirá solo de un materialismo hecho de dinero y de armas», ha denunciado el Papa.
Por eso, ha insistido en que «la paz y el cuidado de la creación son interdependientes»: «Está a la vista de todos cómo las guerras y los conflictos dañan el medio ambiente y dividen a las naciones, impidiendo un compromiso compartido sobre la base de temas comunes, como la salvaguarda del planeta».
El Papa ha relacionado el medio ambiente con la paz y las religiones para pedir a estas últimas que custodien la paz sin ningún tipo de doblez: «Por favor, que no haya incongruencias en esto. Que no se desmienta con los hechos aquello que se dice con los labios; que no nos limitemos a hablar de paz, sino que se tomemos una posición clara frente a quienes declarándose creyentes alimentan el odio y no se oponen a la violencia».
Videomensaje del Papa
Francisco se ha querido hacer presente también a través de un breve saludo en forma de videomensaje. En él ha dado da las gracias a los artífices de este pabellón interreligioso porque «atestigua la voluntad de trabajar juntos» y porque demuestra que es posible una alianza mundial en favor de algo y no contra alguien.
«Y es urgente que las religiones, sin caer en la trampa del sincretismo, den buen ejemplo trabajando juntas; no por los propios intereses o los de una parte, sino por los intereses de nuestro mundo. Entre estos, los más importantes ahora son la paz y el clima», ha asegurado Francisco. Ha animado además a que sean los líderes religiosos los que den ejemplo de que el cambio es posible a través de estilos de vida sostenibles.
«Pidamos encarecidamente a los responsables de las naciones que la casa común sea preservada. Nos lo piden, en particular, los pequeños y los pobres, cuyas oraciones llegan hasta el trono del Altísimo. Por el futuro de ellos y el futuro de todos, custodiemos la creación y protejamos la casa común; vivamos en paz y promovamos la paz. Gracias», ha concluido. Tras el breve vídeo, el Papa, desde Roma, ha suscrito la declaración Confluencia de conciencia: unidos por el resurgimiento planetario, que compromete a las religiones en la salvaguardia del planeta.