Un Jubileo para recordar «que Dios se manifiesta a través de los pobres»
Alfa y Omega habla con Fratello, los encargados de animar los principales eventos del Jubileo de los Pobres. En 2016, su fundador sugirió al Papa Francisco la institución de la Jornada Mundial de los Pobres que se viene celebrando desde 2017
Un mes de noviembre de hace nueve años también se celebraba en Roma un Jubileo, el de la Misericordia. Y también entonces los pobres tuvieron su gran evento jubilar. En aquellos días, Francisco recibió a miles de personas sin hogar en el Aula Pablo VI y, al concluir la audiencia, pidió a quienes tenía más cerca que rezaran con él. Y así, los pobres impusieron las manos al Vicario de Cristo en el mismísimo Vaticano. Algunos rezaron apoyando su mano en el brazo del Papa, otros en su hombro, los demás en la espalda… los hubo que apenas rozaban su sotana, como la hemorroísa tocaba el borde del manto de Jesús. Etienne Villemain, organizador de la peregrinación que llevó a estas personas hasta Roma, hizo entonces una profética sugerencia al Pontífice: «Santidad, ¿no podría instituir la Jornada Mundial de los Pobres?». Pocos días después, en la carta apostólica Misericordia et misera, Francisco establecía en el calendario de la Iglesia universal la Jornada Mundial de los Pobres.
Villemain había cofundado en 2014 la asociación Fratello, un proyecto para volver a poner a las personas pobres en el corazón de la Iglesia y no en la puerta. Desde entonces, para esta organización y los necesitados a los que asiste, la Jornada Mundial de los Pobres se ha convertido en un día grande. Por eso, nueve años después, Fratello no podía faltar en el gran evento jubilar dedicado a ellos. La cita se desarrolla del viernes 14 al domingo 16 de noviembre y, esta vez, la asociación acompaña a unos 1.000 pobres atendidos por más de 70 entidades distintas y tiene el encargo del Vaticano de animar los principales momentos de oración del Jubileo.

«¡La preparación va bien! Estamos muy alegres, aunque lógicamente también hay algo de estrés en el ambiente, porque hay mucho que preparar. Pero confiamos en la providencia y tenemos mucha fe. Dios vela por nosotros y hará que todo salga bien, que todas las puertas se abran», explica Clémence Fechner a Alfa y Omega. Pertenece a Fratello y peregrinará hasta Roma acompañando a los participantes en el Jubileo de los Pobres, «también para descubrirles el mejor tiramisú».
Fechner habla de nervios; y no es para menos. Fratello, además de organizar distintos encuentros y visitas culturales para sus peregrinos, también se ocupará el viernes de animar la Vigilia de la Misericordia en la basílica de San Pablo Extramuros. Cantará el Chœur des Fratelli, un coro de góspel compuesto por voluntarios y personas pobres, acompañados por el coro profesional Gospel Philarmonic Experience. Los miembros del coro de Fratello han pasado un año ensayando. Como cuenta Gaël a Alfa y Omega, la música se ha convertido en una especie de terapia; de forma que, «cuando vengo al coro, dejo todos mis problemas en la puerta y me entrego por completo al canto». Estele lo vive de forma parecida. Para ella, participar le permite «estar en comunión con los demás y avanzar juntos». Todo se ha organizado para los pobres y con los pobres. «Queremos mostrar a la sociedad que los pobres no son solo personas a las que hay que ayudar, sino también testigos. Tienen mucho que enseñarnos y llevan especialmente la luz de Cristo en ellos», asevera Fechner.
La implicación de Fratello en los eventos de Roma no termina aquí. El sábado 15 de noviembre también dirigirán la oración mariana con una procesión en la plaza de San Pedro. Caminarán con una figura de Nuestra Señora de la Ternura. Cuando se convocó el Jubileo, centrado en la esperanza y con un evento para los pobres, desde Fratello intentaron que acudiera a Roma el mayor número posible de asociaciones dedicadas a los necesitados. Al ver que era muy difícil por la falta de medios, desde París pensaron que, si los pobres no podían ir a Roma, la Virgen iría hasta ellos. Así, crearon esta imagen y han enviado 20 a 17 países del mundo. A su vez, cada comunidad ha mandado un pedazo de tela con sus intenciones de oración escritas en ella. «Todos estos fragmentos formarán un gran manto para la Virgen que estará en la plaza de San Pedro. Así, nos uniremos a las oraciones de los pobres de todo el mundo», comenta Fechner. El domingo 16 el Jubileo de los Pobres concluirá con la Misa y con un almuerzo con León XIV en el Aula Pablo VI. Entre los pobres de Fratello hay una gran emoción por conocer a León, cuyo primer gran documento es una encíclica dedicada a la pobreza.
A lo largo de estos años, la asociación ha organizado peregrinaciones con personas sin hogar a lugares como Lourdes, Asís o Roma. Para estos descartados, esos momentos de oración y de encuentro se han transformado en fuente de esperanza, como cuentan ellos mismos. Myriam confiesa que cuando le asalta la tristeza o la preocupación «cierro los ojos y recuerdo el momento en que vi al Papa. Aquellos días en Asís me dan una fuerza y una esperanza especiales». María peregrinó a Lourdes y estará en Roma para ganar el Jubileo. Recibe ayuda de una asociación que forma parte de la red Fratello llamada Aux Captifs, la Libération (A los Cautivos la Liberación). Explica a Alfa y Omega que está deseosa de viajar a Roma para «rezar con otros creyentes». Su experiencia cuando ora junto a los voluntarios es de una profunda paz, hasta el punto de «que durante ese tiempo no bebo ni pienso en hacer tonterías».
«Este Jubileo demuestra a estas personas necesitadas que tienen su lugar en la Iglesia y les permite vivir un momento espiritual intenso, fraternal, lleno de alegría y de esperanza» insiste Fechner, que concluye con el mensaje que Fratello quiere transmitir, sobre todo, a la Iglesia: ha llegado la hora de que se deje transformar por los más pobres porque «Dios se manifiesta a través de ellos».