Un hospital que sale a las periferias - Alfa y Omega

Un hospital que sale a las periferias

Ricardo Benjumea
Soledad Suárez y monseñor Kokkak inauguran la UCI del ‘Fatima Hospital’

El hospital de la diócesis de Gorkpur no se llama Fátima por casualidad. Monseñor Dominic Kokkak, ahora obispo emérito, rezó con gran insistencia a la Virgen hasta ver este sueño hecho realidad en 1995, con el que daba respuesta a las pésimas condiciones sanitarias en la zona. «Siempre iba llegando la persona oportuna con la ayuda necesaria en el momento adecuado», dice. Una de esas apariciones providenciales fue la de Manos Unidas. Esta asociación de la Iglesia en España es una de las principales fuentes de financiación de la diócesis. Gracias a Manos Unidas, el Fatima Hospital acaba de poner en marcha una UCI, lo que le permite ser el único hospital en cientos de kilómetros a la redonda con cirugía cardíaca. Es también el único que cuenta con un banco de sangre. En los otros 3, el paciente o su familia deben acudir ellos mismos a bancos privados a comprar la sangre necesaria para las transfusiones. El Gobierno regional, que ya cedió los terrenos para el hospital, paga 30 mil rupias por paciente.

Los pasillos están llenos de imágenes de la Virgen y del Sagrado Corazón. Una tercera parte de las enfermeras son católicas, y la gente las llama Hermanas. Como casi todas son del sur, en la iglesia que hay a la entrada del hospital, se celebra la Misa cada mañana en el rito siro-malabar. La fe se practica con toda naturalidad.

Pero el Fatima Hospital no se dedica simplemente a esperar a los pacientes. Tiene 10 centros de salud en áreas rurales y lleva a cabo numerosos programas en las aldeas. Una de las prioridades es la infancia. La tasa de mortalidad infantil es de 89 por mil, frente al 69, según la ONU, de promedio nacional. La mala alimentación (la anemia afecta en la India al 74 % de los menores de tres años), la humedad y la falta de higiene hacen que los niños de esta región sean muy vulnerables a enfermedades como la encefalitis japonesa, una enfermedad que se propaga por picaduras de mosquitos, mortal, a menos que se trate a los niños cuando aparecen los primeros síntomas.

Los grupos de autoayuda de mujeres suelen tener comisiones de Salud, que se encargan de dar aviso ante cualquier problema. Ahora, la diócesis va a poner en marcha una Escuela de Enfermería para formar a algunas vecinas de las aldeas en cuidados básicos. Se salvarán miles de vidas y se fortalecerán los lazos comunitarios. «Nuestra misión busca provocar cambios entre la gente, sobre todo de comportamiento y de actitudes», dice el padre Jeejo Antony, director del hospital. «Que tengan vida digna es nuestro objetivo, una parte central de nuestra misión».