Un año de «luto» para palestinos e israelíes - Alfa y Omega

Un año de «luto» para palestinos e israelíes

Amnistía Internacional pide en el primer aniversario del 7 de octubre que los rehenes de Hamás sean liberados. También denuncia que en Gaza muchas personas ni siquiera han podido desenterrar los restos de sus seres queridos

Victoria Isabel Cardiel C.
Palestinos atienden a un niño que fue víctima de un ataque aéreo israelí contra una casa en Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza , el 24 de octubre de 2023
Palestinos atienden a un niño que fue víctima de un ataque aéreo israelí contra una casa en Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza , el 24 de octubre de 2023. Foto: OSV News / Ibraheem Abu Mustafa, Reuters.

Un año después, de los ataques orquestados por Hamás en Israel, la región está al borde del abismo. Para la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, tanto los atentados de aquel día como la devastadora ofensiva israelí, que hasta la fecha ha matado a más de 41.500 personas y obligado a desplazarse a 1,9 millones en la Franja de Gaza ocupada, convierten al 7 de octubre en «un día de luto». Es más, todo este año lo ha sido. Los israelíes siguen llorando a los seres queridos que fueron asesinados y secuestrados, en tanto que miles de personas siguen desplazadas en Gaza desde los atroces atentados de Hamás y otros grupos armados.

La ofensiva de las fuerzas israelíes en Gaza ha causado decenas de miles de muertos y ha desplazado por la fuerza al 90 % de la población. En todo este año se ha desencadenado «una catástrofe humanitaria sin precedentes, poniendo a la población palestina de Gaza en peligro de genocidio», según ha declarado la Corte Internacional de Justicia. 

Los delitos cometidos por Hamás y otros grupos armados, que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional está investigando como crímenes contra la humanidad, son «horrendos y completamente injustificables», ha remachado Callamard en un comunicado.

Cerca de 100 rehenes israelíes siguen en Gaza. Aunque se ha confirmado la muerte de algunos, los que siguen vivos corren peligro de sufrir torturas y otros malos tratos. «El temor por su seguridad ha aumentado desde que las fuerzas israelíes recuperaron en agosto los cadáveres de seis rehenes y un posterior examen forense israelí concluyó que habían muerto por disparos poco antes de recuperarlos. Los rehenes civiles deben ser liberados de inmediato y reunirse con sus familias», ha reclamado Callamard. Mientras tanto, en Gaza, familias enteras han quedado diezmadas y muchas personas aún no han desenterrado los restos de sus seres queridos de entre los escombros de sus hogares destruidos, incluidos niños y niñas.

Aquel 7 de octubre de 2023 está grabado en la retina de todos los israelíes. La tranquilidad de los kibutz cercanos a Gaza, donde las familias se estaban preparando para el descanso del sabbat, fue interrumpida a las 6:30 horas por un aluvión de cohetes que surcaron el cielo, anunciando lo que sería una de las jornadas más sangrientas en la región en décadas. En un ataque sin precedentes, Hamás lanzó una operación militar tan audaz como devastadora, sorprendiendo a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y dejando al país en estado de shock.

El sonido de las sirenas antiaéreas resonó desde Ashkelon hasta Tel Aviv, y la Cúpula de Hierro —el escudo antimisiles de Israel— comenzó a interceptar una parte de los más de 2.000 cohetes disparados en las primeras horas. El país miraba al cielo, pero los combatientes de la organización terrorista Hamás aprovecharon el caos generado por el ataque aéreo para atravesar la frontera desde Gaza, invadiendo así comunidades israelíes en un ataque coordinado.

Los videos registrados aquel día y compartidos en las redes mostraron una brutalidad descarnada: terroristas armados disparando a civiles, casas incendiadas, familias aterrorizadas escondiéndose en refugios improvisados.

Los combatientes de Hamás tomaron decenas de rehenes —civiles, soldados, ancianos y niños—, que se llevaron de vuelta a Gaza. Casi un centenar siguen un año después en manos de sus secuestradores. Hoy el país, todavía traumatizado, ha conmemorado esta fecha con vigilias en honor a las víctimas y manifestaciones para exigir el retorno de los rehenes.