Uganda celebra a sus mártires sin la presencia del millón de peregrinos habitual - Alfa y Omega

Uganda celebra a sus mártires sin la presencia del millón de peregrinos habitual

En el día de san Carlos Luanga y compañeros mártires, los fieles ugandeses han tenido que conformarse con participar en celebraciones reducidas en sus diócesis o rezar desde casa. La fiesta ha sido precedida por una novena para pedir por los problemas que golpean el país

Redacción
Foto: www.ugandamartyrsshrine.org.

El 3 de junio es fiesta grande en Uganda. Cerca de un millón de peregrinos acuden cada año al santuario de Namugongo para honrar, en el día de su memoria, a san Carlos Luanga y compañeros mártires. La efeméride es de tal importancia, que ese día es festivo nacional.

Ugandeses de todo el país, y también personas de los países vecinos, se reúnen en torno a la moderna iglesia de Namugongo, inaugurada en 1975, para la Eucaristía que preside el arzobispo de Kampala, monseñor Cyprian Kizito Lwanga. Cada año, además, una diócesis anima la liturgia. Este año iba a ser la de Masaka, sufragánea de Kampala.

Esos eran los planes… hasta que llegó el COVID-19. El país ha relajado ya algunas medidas de confinamiento. Por ejemplo, desde el 26 de mayo pueden abrir las tiendas, hoteles y restaurantes se permite el uso del transporte privado con limitaciones, y desde este jueves se podrá viajar también en transporte público. Sin embargo, la Iglesia ha considerado que no había tiempo suficiente para preparar una celebración con las precauciones necesarias. Por ello, se tomó la decisión «histórica y trascendente» de cancelar la multitudinaria Misa.

Pandemia, inundaciones y langostas

En su lugar, habrá celebraciones mucho más limitadas en las diócesis. Además, monseñor Kizito Lwanga ha presidido en los últimos días el rezo de una novena especial que concluyó el lunes. No faltan motivos por los que rezar. En el país, la pandemia no se ha hecho notar de forma excesiva, pues solo son 507 los casos detectados. Aun así, durante la novena los fieles han pedido la intercesión de los mártires por los enfermos, quienes los cuidan y todos los que «están trabajando para minimizar el impacto» del coronavirus.

Sin embargo, no es el único problema en el país. Las fuertes lluvias caídas en el país entre abril y mayo han causado inundaciones en buena parte del país. El nivel de agua del lago Victoria, por ejemplo, es ahora el más elevado de los 60 años en los que se han estado realizando mediciones. 24.000 personas se han visto obligadas de abandonar sus hogares temporalmente, y otras 177.000 están afectadas de diferentes formas.

Las fuertes lluvias se suman a la plaga de langostas que ha sufrido todo el este de África desde febrero. Ambos fenómenos han causado que muchas cosechas se malogren, lo que puede derivar en problemas alimentarios hasta la época de la segunda cosecha. Todas estas intenciones se han tenido presentes en la novena a los mártires.

«Los mártires buscaron el bien de todos»

Los mártires ugandeses son un grupo de 22 conversos al catolicismo y 23 al anglicanismo del reino de Buganda. La mayoría eran jóvenes. El rey Mwanga II, temeroso de que la presencia de los misioneros estuviera minando su autoridad, ordenó que fueran ejecutados entre 1885 y 1887. Los 22 mártires católicos fueron beatificados en 1920 por el Benedicto XV y canonizados por Pablo VI en 1964 en plena celebración del Concilio Vaticano II.

Durante su visita al país en 2015, el Papa Francisco visitó tanto el santuario católico como el anglicano. En el primero, subrayó que «los mártires de Uganda nos indican el camino. Su fe buscó el bien de todos, incluso del mismo rey que los condenó por su credo cristiano. Su respuesta buscaba oponer el amor al odio, y de ese modo irradiar el esplendor del Evangelio. Ellos no se limitaron a decir al rey lo que el Evangelio prohibía, sino que mostraron con su vida lo que significa realmente decir Sí a Jesús: Significa misericordia y pureza de corazón, ser humildes y pobres de espíritu, y tener sed de la justicia, con la esperanza de la recompensa eterna».