Ucrania orquesta el destierro por ley a la iglesia ortodoxa rusa y sus prácticas
El Proyecto de Ley 8371, que incluye la prohibición por ley en todo el territorio ucraniano de la Iglesia ortodoxa rusa, se presentará al pleno de la Rada para la segunda lectura a finales de marzo o principios de abril
Una comisión de la Rada Suprema, nombre con el que se conoce al Parlamento de Ucrania, aprobó este martes una versión revisada del Proyecto de Ley 8371, que incluye pasos concretos para prohibir por ley en todo el territorio ucraniano la Iglesia ortodoxa rusa y para erradicar las actividades de todas las organizaciones religiosas afiliadas a esta confesión religiosa ligada históricamente al Patriarcado de Moscú.
Según ha informado el experto estadounidense Peter Anderson citando fuentes parlamentarias ucranianas, la ley que contiene también otras enmiendas como que la Iglesia ortodoxa rusa y sus estructuras afiliadas no podrán utilizar propiedades estatales y comunales, así como un procedimiento simplificado para la transición de las comunidades religiosas, se presentará al pleno de la Rada para la segunda lectura a finales de marzo o principios de abril.
En la práctica, esta ley pretende acotar el espacio de la Iglesia ortodoxa ucraniana —que hasta mayo del 2022 se denominaba «del Patriarcado de Moscú», cuando modificó sus estatutos para desvincularse de Rusia—, y no tanto de la Iglesia ortodoxa rusa que, como tal, no tiene presencia en Ucrania. De hecho, la clave está en la inclusión en la ley «de todas las organizaciones religiosas afiliadas a esta confesión», lo que apunta a la Iglesia ortodoxa ucraniana.
En este sentido, Anatolii Babynskyi, profesor del Instituto de Historia de la Iglesia de la Universidad Católica de Ucrania, aseguró en marzo de 2023 en declaraciones a Alfa y Omega que canónicamente la Iglesia ortodoxa ucraniana «sigue siendo parte de la Iglesia rusa» si bien lo atribuyó al deseo de no ser declarada «cismática».
El proyecto legislativo empezó a gestarse en diciembre del 2022 tras las acusaciones contra esta Iglesia por ser prorrusa. De hecho, su situación es bastante complicada desde la invasión del Ejército ruso en febrero de 2022. Además, entre sus pastores hay varios «formados en Rusia», que «perciben a Ucrania como parte del mundo ruso», explica Babynskyi. Aunque «no apoyan la guerra», comparten su justificación teórica.
El presidente de la comisión parlamentaria que ha modificado el Proyecto de Ley 8371, Mykyta Poturayev, ha afirmado en declaraciones a RBC-Ukraine que, con las nuevas enmiendas, la versión revisada «es más eficaz y estricta». «Ahora será imposible criticar, como se hacía antes de la primera lectura, que era una ley descafeinada e ineficaz y que su aplicación llevaría mucho tiempo o que podría ser impugnada indefinidamente», ha indicado Poturayev.
Según Poturayev, la organización religiosa de Ucrania no tendrá derecho a «afiliarse ni a estar en relaciones jerárquicas de subordinación con las organizaciones religiosas que tienen centros de gobierno en el Estado agresor».