Twitter y el diálogo

La compra de Twitter por parte de Elon Musk está haciendo correr ríos de tinta. A la polémica por el despido de parte de la plantilla y el cobro por tener un perfil verificado se suman los aplausos de quienes creen que antes imperaba una suerte de censura de izquierdas y las críticas de quienes temen que la balanza se incline a la derecha. Tras la suspensión de la cuenta de Trump en 2021, los primeros amagaron con irse a Parler. Hoy, los segundos amenazan con marcharse a Mastodon o a BlueSky. La supervivencia de la red, tanto entonces como ahora, pasa por ser el lugar en el que caben unos y otros.

Es cierto que hay mucha vida fuera de Twitter, pero las dinámicas que se generan hablan de la naturaleza humana. Hay usuarios que intoxican y que, desde el anonimato, insultan para imponer sus ideas, igual que muchos convierten sus líneas de tiempo en cámaras de eco… pero también hay quienes, como pedía el Papa en la última Jornada de las Comunicaciones Sociales, escuchan al que tienen enfrente, intentan entender sus razones y, desde ahí, exponen sus argumentos. Porque al final, en las redes y en cualquier ámbito de la vida, el verdadero diálogo empieza en cada persona.