Jornada del Enfermo: «Tú has tenido cáncer y sabes cómo tratar a los enfermos»
Roberto Álvarez, responsable de Pastoral de la Salud en Virgen del Cortijo, sobrevivió a un cáncer muy agresivo. Por eso sabe que el mejor mensaje para esta Jornada Mundial del Enfermo, enmarcada en la pandemia, es recordar a los enfermos que no están solos
Roberto Álvarez lleva diez años en la Pastoral de la Salud de la parroquia Virgen del Cortijo de Madrid, y hoy es su responsable, pero hubo un tiempo en el que nada sabía de enfermos, médicos u hospitales. «Yo era grabador de moldes; empecé grabando a mano con un pantógrafo y luego, en la empresa en la que trabajaba, me dediqué a los hacer los moldes de los escudos que llevan la Policía y el Ejército en el hombro».
La experiencia con esta pastoral la adquirió después de que le diagnosticaran un cáncer que casi acaba con su vida. «Me dicen que soy un milagro andante. Tras la tercera operación estuve muy mal, más cerca del otro lado que de este», pero salió adelante después de «unos ciclos muy agresivos de quimio» y de que «incluso experimentaran conmigo. Me sacaron una autovacuna del propio tumor». Ante aquellos años de visitas constantes al hospital, Álvarez pudo sentir el apoyo interminable de su comunidad parroquial. «Se desvivieron rezando por mí y nunca me dejaron solo. Siempre estuve acompañado por alguien», rememora con emoción. Ahora es él quien hace algo similar.
A Álvarez, casado y con cuatro hijos, le terminaron concediendo la incapacidad laboral y desde hace ocho años está jubilado. Con tiempo y experiencia, se terminó involucrando en la pastoral de la salud de su parroquia. «Unos días antes del Domingo de Ramos el párroco, que era también el capellán del hospital HM Sanchinarro, pidió ayuda para repartir los ramos entre los enfermos. A mí no me dieron opción: “Tú vete para allá, que has tenido cáncer y sabes como tratar”» a los enfermos». Dos días después «el párroco, me pidió que le acompañara de nuevo para conocer a las personas que estaban en las habitaciones», pero en la segunda «que entramos me dejó solo sin saber qué hacer».
Entonces, «me empecé a dar cuenta de que mi experiencia ayudaba a la gente y entendí, viendo el tesoro que llevaba dentro, que Dios me había preparado para esta misión». Durante «mis años de enfermo, experimenté una vivencia muy fuerte de que Dios está pendiente de ti, de que te quiere, de que te ama y de que es capaz de darte esperanza incluso cuando lo que ves delante de ti es la muerte». De hecho, Álvarez comenzó su enfermedad pensando en qué iba ser de su mujer y de sus hijos y terminó con este pensamiento clavado en el corazón: «Tú eres mi Padre; si me llevas, vas a cuidar de ellos».
También en las casas
Roberto Álvarez empezó solo, pero poco después se sumaron tres matrimonios y «estuvimos varios años en la Escuela de Formación de Pastoral de la Salud». Hoy el equipo está formado por 18 laicos de la parroquia Virgen del Cortijo y sus sacerdotes. Al hospital acuden de dos en dos los siete días de la semana. «Primero vamos a la capilla, nos colocamos la bata y una cruz al cuello para que no nos confundan con los médicos». Acto seguido, «cogemos la lista en la que se han apuntado las personas que han pedido que se las visite o que se les lleve la comunión, cogemos la reserva del sagrario, hacemos una oración y nos vamos a visitar a los enfermos». Dentro de las habitaciones, «saludamos al enfermo y tratamos de suscitar el diálogo». «Esto se alarga más o menos, dependiendo de lo que necesite cada persona. No hay tiempo», asegura el responsable. «Y si han pedido la comunión, entonces hacemos una oración, un pequeño acto de contrición y una proclamación de la Palabra».
Pero además del hospital, Roberto y el resto del equipo también atiende a los enfermos de la parroquia que lo solicitan, aunque «si te digo la verdad, son pocos», subraya Álvarez. «Es más, hay algunos parroquianos que no avisaban al equipo cuando están en su casa, pero si luego les ingresan en el hospital, se apuntaban a la lista», explica el responsable, quien también piensa que la COVID-19 y el miedo a recibir visitas en su propia casa ha influido mucho en este sentido.
En la actualidad, por ejemplo, están visitando a un matrimonio. «Él casi no se puede mover y un compañero de la pastoral se tira con ellos más de una hora». En este caso, «lo principal es la escucha. Casi no salen a la calle y están como locos porque vayamos allí con ellos». Además, «les llevamos la Palabra de Dios y la comunión una vez a la semana», concluye.
La Jornada Mundial del Enfermo, que se celebra este jueves con el título Cuidémonos mutuamente, no tenía mucho éxito entre los pacientes del hospital HM Sanchinarro a los que acompaña el equipo de Pastoral de la Salud de la parroquia Virgen del Cortijo. «Organizábamos unas conferencias, pero la gente no hacía mucho caso», confiesa Roberto Álvarez. Todo cambió el año que «sustituimos la conferencia por una Eucaristía. Desde entonces, siempre se nos llena la sala», como se observa en la foto. Pero la celebración de este año será diferente por culpa de la COVID-19. No habrá Eucaristía y «hemos preparado un pequeño escrito que entregaremos a los enfermos que visitemos ese día». El mensaje principal: «No estáis solos».
Los enfermos, sin embargo, sí que podrán seguir la Misa que José Luis Méndez, director del Departamento de Pastoral de la Salud de la CEE y delegado de esta pastoral de la diócesis de Madrid presidirá en TRECE a las 11:00 horas desde la basílica de la Concepción de Nuestra Señora.