Tristeza y esperanza entre los jóvenes egipcios en el Jubileo tras la muerte de una peregrina - Alfa y Omega

Tristeza y esperanza entre los jóvenes egipcios en el Jubileo tras la muerte de una peregrina

El Papa se encontró con los amigos de Pascale Rafic, fallecida en el Jubileo por un infarto, y mandó un mensaje de condolencia a su familia

Redacción
Jóvenes egipcios rezan por su amiga fallecida.
Jóvenes egipcios rezan por su amiga fallecida. Foto: Vatican News.

El Santo Padre recibió con profundo pesar la noticia del repentino fallecimiento de Pascale Rafic, de 18 años, quien viajaba a Roma desde Egipto para participar en el Jubileo de los Jóvenes. El Papa se puso en contacto con Jean-Marie Chami, obispo titular de Tarso y auxiliar de la Iglesia Patriarcal de Antioquía de los grecomelquitas para Egipto, Sudán y Sudán del Sur, y con la familia de la joven, para expresar su cercanía espiritual a toda la comunidad. «El Santo Padre ha recibido con profundo dolor la noticia del repentino fallecimiento de Pascale Rafic, de 18 años», aseguró el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.

León XIV, la mañana de este sábado, 2 de agosto, quiso consolar a los chicos y chicas de Egipto, Sudán y Sudán del Sur que viajaban junto a Pascale, quien sufrió una parada cardiaca y perdió la vida antes de llegar al hospital. El infarto ocurrió en el autobús que les trasladaba desde Roma hasta el alojamiento, en Arteno, a unos 50 kilómetros al sureste de Roma. El autobús se desvió hacia el Valmontone Hospital, donde los sanitarios no consiguieron reanimarla y optaron por trasladarla a un hospital mejor equipado en Colleferro, como explica ABC. Cuando la ambulancia que la trasladaba llegó, la joven había fallecido.

«Nos reuniremos para orar por su eterno descanso»

Durante el encuentro con los compañeros peregrinos de la joven, les aseguró que «la tristeza que nos trae la muerte a todos es algo muy humano y comprensible, especialmente estando tan lejos de casa y en una ocasión como esta, cuando realmente nos reunimos para celebrar nuestra fe con alegría».

Entonces, de repente, «recordamos de una manera muy poderosa que no tenemos control sobre nuestra vida ni sabemos, como dice el mismo Jesús, ni el día ni la hora en que nuestra vida terrenal termina». Pero, al celebrar este Año Jubilar de la Esperanza, «recordamos con fuerza cuánto debe nuestra fe en Jesucristo formar parte de nuestra identidad, de nuestra vida, de cómo nos apreciamos y respetamos mutuamente, y especialmente de cómo seguimos adelante a pesar de experiencias tan dolorosas».

El Papa recordó a san Agustín nos dice que, cuando alguien muere, es muy humano y natural llorar, sentir ese dolor, sentir la pérdida de un ser querido. Sin embargo, también dice: «No lloremos como los paganos, porque también nosotros hemos visto a Jesucristo morir en la cruz y resucitar». Y nuestra esperanza en la Resurrección es la fuente última de nuestra esperanza en un Año Jubilar de la Esperanza.

Este suceso, aseguró el Pontífice, «nos llama a todos a renovar nuestra fe, a ser amigos, hermanos y hermanas unos de otros, a apoyarnos mutuamente». Y, «en medio del dolor que todos experimentan por la pérdida de su amiga, pensemos que al menos tendremos la oportunidad de reunirnos para orar, renovar nuestra fe y pedir a Dios tanto por el descanso eterno de nuestra hermana como por el fortalecimiento y el consuelo, el fortalecimiento de nuestra fe y la renovación de la esperanza».