Tres años de justicia y sanación para los Legionarios de Cristo

Los Legionarios de Cristo llevan tres años sacando a la luz los nombres de los sacerdotes acusados de abuso sexual a menores dentro de la congregación. El primer informe Verdad, justicia y sanación, publicado en 2021, detallaba los casos que registraron desde su fundación en 1941 hasta la actualidad. Muchos de los nombres aparecían codificados con números, dependiendo del país en el que había sucedido y lo que establecía la ley sobre su divulgación. «Es un tema complejo, con muchas vertientes», asegura el sacerdote Andreas Schoeggl, secretario general de la orden y miembro de la comisión responsable de elaborar estos informes. «Proteger ante el peligro de los abusos exige asumir concretamente la responsabilidad por lo que ha sucedido, contribuir a la enmienda de quien ha cometido un abuso al tener que enfrentar su compromiso y contribuir a la sanación de las personas afectadas; y es también una señal hacia las víctimas que todavía no se han comunicado con nosotros, porque la publicación les da confianza en que sus declaraciones serán tomadas en serio», asegura. En 2022 presentaron el programa de reparación económica a víctimas. Y este año, en su tercer informe anual, publicado a mediados de abril, han revelado que, desde 2010, 32 víctimas de abuso sexual han recibido dicha reparación, apoyo para terapias y/o subsidios para el sostenimiento vital. Un nuevo gesto de la orden por avanzar a pesar del difícil pasado que arrastra: «La reparación a víctimas por el daño que han sufrido lo consideramos como responsabilidad de quien ha cometido el abuso y, al tratarse de un religioso que no tiene medios propios, también de la congregación. Es algo que tenemos que afrontar por convicción y lo hacemos como afrontamos otras responsabilidades: desde los ingresos que genera nuestra actividad y el patrimonio de la congregación». De momento, no han pensado en contratar para este fin ningún seguro específico ante el riesgo de posibles nuevos casos de abusos, pero «otra cosa sería si las pólizas de los seguros ordinarios de responsabilidad civil van incluyendo esto como un punto más que cubren y nos parecen convenientes por otros motivos».

Schoeggl considera «justificado que la opinión pública tenga interés sobre qué hace la Iglesia y qué hacen las congregaciones para prevenir abusos y para atender a víctimas del pasado». «Es parte de nuestra responsabilidad poner a disposición de la sociedad esta información», remacha.

Para trabajar las denuncias que a priori son verosímiles se encarga una investigación a un experto, ordinariamente externo a la congregación, para que no haya conflicto de interés. En este momento, todos los casos están presentados o en vía de presentarse ante el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. En función de la legislación presente en cada país, las denuncias se trasladan a la autoridad civil, que sigue sus procedimientos. «La justicia canónica no sustituye ni reemplaza lo que son las consecuencias ante el Estado y la sociedad civil, sino que añade las sanciones propias. Hace falta una investigación por parte de la congregación y de la Iglesia según los criterios establecidos por Doctrina de la Fe para toda la Iglesia recogidos en el vademécum», incide.

De hecho, la justicia civil tiene algunos límites, ya que no hace investigaciones sobre personas fallecidas o cuando hay prescripción. Los Legionarios de Cristo han contabilizado un total de 170 víctimas en el seno de su congregación en todo el planeta desde que tienen registros de abusos sexuales.