«Tras rezar a Guadalupe Ortiz de Landázuri», la doctora Tendobi ya está en el Congo - Alfa y Omega

«Tras rezar a Guadalupe Ortiz de Landázuri», la doctora Tendobi ya está en el Congo

Al quedarse atrapada en España por el coronavirus, la doctora se puso a colaborar en la Clínica Universidad de Navarra de Madrid y comenzó a rezar a la beata para poder llegar a su país cuanto antes. «Le llegó la carta de repatriación el mismo día del aniversario de la beatificación de Guadalupe», asegura Raquel Rodríguez, portavoz de Harembee

José Calderero de Aldecoa
Foto: Harembee.

El año 2020 comenzó de forma inmejorable para la doctora Celine Tendobi. La ONG Harembee le había concedido una Beca Guadalupe para investigar en España acerca de la detección y tratamiento del cáncer de cuello de útero, que se lleva por delante la vida de muchas mujeres en el Congo.

Pero con el estallido del coronavirus en nuestro país, la médico —que se encontraba en Madrid desde hace un mes y medio— quiso regresar al suyo. Sin embargo, se encontró las fronteras cerradas y, por lo tanto, se quedó encerrada en España.

Entonces, Tendobi se volvió a poner la bata de médico para colaborar en la Clínica Universidad de Navarra de Madrid al mismo tiempo que «empezó a rezar a Guadalupe Ortiz de Landázuri para poder volver a su país y ayudar ante la pandemia», asegura Raquel Rodríguez, portavoz de Harembee.

Precisamente, el mismo día del primer aniversario de la beatificación de Ortiz de Landázuri —el 18 de mayo— «a la doctora le llegó una carta de la embajada del Congo en la que le informaba de que estaban organizando una repatriación de compatriotas que se encontraban en Europa», explica Rodríguez. Dos días después, despegó su vuelo.

De becas de escolarización a ayuda humanitaria

Por otro lado, el COVID-19 también ha suscitado un «cambio de planes» en la propia ONG. Concretamente, el coronavirus ha modificado el destino final de las becas que Harembee concede a numerosas niñas africanas.

«Nuestras becas van dirigidas a financiar la escolarización y la formación profesional de muchas niñas en Camerún, Congo, Kenia o Nigeria», explica Raquel Rodríguez. Pero con muchos de los colegios cerrados y las medidas de confinamiento todavía activas, «los colegios nos han solicitado transformar el montante de la beca en ayuda humanitaria».

Por ejemplo, en el Lavington Secondary School, situado en los suburbios de Nairobi (Kenia) «tenemos muchas niñas becadas, que habitualmente pueden ir al colegio gracias a nosotros. Allí la escuela pública no es gratuita y antes de las becas no estaban escolarizadas. Sus padres les dejan ir al colegio porque allí les dan de comer y es una boca menos que alimentar. Si no, quizá no las llevaría y las pondrían a mendigar», asegura la portavoz de Harembee.

En este centro, «nos pidieron poder destinar el dinero de beca para que muchas de sus alumnas puedan comer hasta que el colegio pueda reabrir sus puertas. La respuesta es obvia», concluye Rodríguez.