Tras dos años de guerra 600.000 sudaneses pueden morir de hambre y 30 millones necesitan ayuda
Los recortes en la financiación internacional hacen que casi la mitad de la población que necesita asistencia humanitaria no vaya a recibirla
En el día en el que se han cumplido dos años desde el inicio de la guerra en Sudán, diversas organizaciones humanitarias han denunciado este martes las violaciones de los derechos humanos perpetradas por ambos bandos, así como la inacción de la comunidad internacional. La ONG World Vision, por ejemplo, ha alertado de que más de 600.000 personas están en una situación de hambruna (nivel IPC 5). Esto quiere decir que si no se toman medidas urgentes su vida corre peligro en los próximos días o semanas. En total, más de 24 millones de personas se encuentran en niveles de inseguridad alimentaria iguales o superiores al IPC 3 (crisis). Otros seis millones necesitan ayuda humanitaria.
Se trata, por tanto, de 30 millones de personas con necesidades graves, un 60 % de los 50 millones de habitantes del país. Otro dato escalofriante es que 13 millones de sudaneses han tenido que huir de sus hogares, de los cuales casi cuatro se han convertido en refugiados en los países vecinos. Muchos de los que se han quedado en territorio sudanés sobreviven en campos superpoblados o refugios improvisados, sin acceso a alimentos, agua potable, servicios médicos ni perspectivas de futuro.
Sudán es actualmente el único país del mundo con varias regiones donde se ha declarado oficialmente la hambruna. Se enfrenta a una de las crisis más graves en salud materno-infantil. A esta emergencia se suman brotes de enfermedades como el sarampión, el cólera y la difteria.
Violaciones en grupo
Según una investigación de Amnistía Internacional, «las Fuerzas de Apoyo Rápido cometieron actos generalizados de violencia sexual», ha afirmado Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional. Estos incluyen «violaciones individuales y en grupo así como esclavitud sexual, que constituyen posibles crímenes de lesa humanidad». Un informe reciente de World Vision, Unprecedented, reveló que hasta el 65 % de las mujeres pueden estar sufriendo violencia sexual.
Además las dos partes beligerantes, las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido, han mostrado un flagrante desprecio por la vida de la población civil y por la protección del personal y las infraestructuras sanitarias, ha señalado Médicos Sin Fronteras. Además de atacar zonas residenciales e instalaciones médicas, han impuesto trabas sistemáticas que dificultan el suministro de ayuda humanitaria.
«A pesar de estas atrocidades, gran parte del mundo ha optado por la pasividad. Es alarmante que el Consejo de Seguridad de la ONU no haya impuesto un embargo de armas integral a Sudán para detener la afluencia constante de armas que alimenta estos crímenes atroces», ha criticado Guevara. Por otro lado, «solo se ha recibido el 6,3 % de los 4.200 millones de dólares que se necesitaban para ayudar a los más necesitados este año. Los recortes de financiación han reducido ahora la petición de respuesta a 2.400 millones de dólares», ha añadido Simon Mane, director nacional de World Vision Sudán. El déficit de financiación en el Plan de Necesidades Humanitarias y Respuestas hace que la cantidad de personas que recibirán ayuda se haya reducido de 20,9 millones a 17,3 millones. Esto significa que casi la mitad de las que la necesitan no tendrán acceso a ella.