Todo el que pide recibe - Alfa y Omega

Todo el que pide recibe

Jueves de la 26ª semana del tiempo ordinario. Témporas de acción de gracias y de petición / Mateo 7, 7-11

Carlos Pérez Laporta
Ilustración: DALL·E.

Evangelio: Mateo 7, 7-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.

Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!».

Comentario

Todos hoy somos convocados por la Iglesia para dar gracias. Para tomar conciencia de que todo el sustento que tenemos se lo debemos a Dios. Y quizá ser cristiano no consista en nada más que en estar agradecido a Dios, y en vivir ese agradecimiento en todo lo que uno hace. Ser cristiano es esencialmente ser agradecido, por haber sido agraciado con su amor.

Sin embargo, ¿podemos estar agradecidos por todo y en todo? ¿Es cierto que «todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre»? En todas las vidas parece que encontramos peticiones no atendidas; a todos nos han sucedido hechos que no han cambiado pese a nuestros ruegos y nos hacen sufrir. Sobre todo cuando esas peticiones eran legítimas. Enfermedades, situaciones de crisis, rupturas de relaciones, momentos de oscuridad…, Todas esas cosas, ¿están también atravesadas por el agradecimiento? ¿O tenemos que ignorarlas hoy, para poder celebrar este día?

Creo que esta pregunta se responde de manera diferente en función de nuestra cercanía con Dios. Yo he visto personas con una intimidad tal con el Señor para las que las contrariedades no son un escollo para su agradecimiento: para ellos la atenta bondad del Señor se manifiesta dentro de esas circunstancias, como compañía de la Iglesia, como afecto interior o como presencia que llena incluso esos momentos dolorosos. Para los que andan lejos, sin embargo, esos momentos llegan a esconder a Dios por completo, dando la sensación de abandono. Solo estaremos verdaderamente agradecidos a Dios si le buscamos: «Los que buscan al Señor no carecen de nada».