Toda la Iglesia celebrará a san Juan de Ávila, san Gregorio de Narek y santa Hildegarda
La memoria de santa Marta incluirá desde ahora a sus hermanos María y Lázaro, para recordar su «testimonio evangélico» al acoger al Señor en Betania
La memoria litúrgica de san Juan de Ávila, doctor de la Iglesia y patrono del clero diocesano español, pasará a celebrarse en toda la Iglesia. Lo mismo ocurrirá con san Gregorio de Narek y santa Hildegarda de Bingen. Y en la memoria de santa Marta, el 29 de julio, se incluirá a sus hermanos María y Lázaro. Así lo ha anunciado este martes la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, mediante sendos decretos en los que ordena que sean inscritos en el Calendario Romano General.
La primera decisión se debe a que los tres han sido reconocidos en los últimos años como doctores de la Iglesia. Los santos que ostentan este título se inscriben tradicionalmente en el calendario de la Iglesia universal, pues «la sabiduría que caracteriza a estos varones y mujeres no les concierne solo a ellos». Como «discípulos de la Sabiduría divina, se han convertido a su vez en maestros de sabiduría para toda la comunidad eclesial». Ellos viven de forma especial el vínculo entre la santidad y el conocimiento, «que es experiencia del misterio de Jesucristo», tal como se lee en el decreto.
Tras esta decisión del Papa Francisco, todos los calendarios litúrgicos (tanto de las conferencias episcopales como de las diócesis y congregaciones religiosas) deberán incluir la conmemoración de estos santos como memoria libre. También habrá que traducir los textos elegidos por el dicasterio.
De Armenia a España
Cronológicamente, la primera es la de san Gregorio de Narek, el 27 de febrero. Este teólogo, místico y filósofo armenio (951-1003) es uno de los pilares de la poesía medieval en su lengua, pues es autor de las primeras muestras de literatura lírica. Su obra maestra es El libro de las lamentaciones. Fue proclamado doctor de la Iglesia en abril de 2015.
El 10 de mayo se conmemora al español san Juan de Ávila (1499-1569), patrono del clero regular de nuestro país. El 22 de noviembre de 2020, con motivo de la clausura del Año Jubilar Avilista en Jaén, el nuncio en España, Bernadito Auza, subrayó que su «vida y mensaje nos ofrecen una pauta concreta para corresponder en nuestra vida a la forma de reinar de Cristo».
Una mujer polifacética
San Juan de Ávila, continuaba Auza, «amaba con pasión, se desvivía por Cristo y trató que el mundo supiera que todo es obra del amor de Dios». Además, «enseñó el camino de una interioridad que lleve a la identidad cristiana» en todos los ámbitos de la vida, «en la vida social, en la coherencia de la fe vivida y con una conducta exterior alejada de toda superficialidad».
Fue Benedicto XVI el que decidió proclamarlo doctor de la Iglesia, y así lo anunció en la Misa con seminaristas durante la JMJ de Madrid. El momento llegó en octubre de 2012, junto con santa Hildegarda de Bingen. La religiosa benedictina alemana (1098-1179) había sido canonizada de forma equivalente por su compatriota unos meses antes. Fue abadesa del monasterio de San Disibodo, y luego fundó otro en Bingen. Fue una mujer culta, espiritualmente elevada y polifacética: visionaria, mística, profetisa, médica, compositora y escritora.
Los tres amigos del Señor
Por otro lado, el 29 de julio se conmemorará, junto a santa Marta, a sus hermanos María y Lázaro. En su casa de Betania, «el Señor Jesús experimentó el espíritu familiar y la amistad», y por eso «el Evangelio de Juan afirma que los amaba. Marta le ofreció generosamente hospitalidad, María escuchó atentamente sus palabras y Lázaro salió rápidamente del sepulcro por mandato de Aquél que ha humillado a la muerte».
Hasta ahora, se había dejado fuera de la memoria a María y Lázaro por la «tradicional incertidumbre de la Iglesia latina sobre la identidad de María», asociada a veces con la Magdalena. Sin embargo, esta cuestión «se ha resuelto en estudios y tiempos recientes», y los tres hermanos ya aparecen juntos tanto en el Martirologia Romano como en algunos calendarios particulares.
Por ello, y teniendo en cuenta «el importante testimonio evangélico que dieron al hospedar al Señor Jesús en su casa, al escucharlo atentamente, al creer que él es la resurrección y la vida», la Congregación para el Culto Divino propuso al Santo Padre el cambio, que este ha aceptado.